Claudio Izaguirre —presidente de la Asociación Antidrogas de la República Argentina— abarca todos los temas de interés en relación al flagelo del narcotráfico, en una entrevista con El Ojo Digital. El accionar de los cárteles de México, Colombia y otros países en la Argentina. La infiltración de las estructuras estatales y la planificada inacción de las Fuerzas Armadas y de Seguridad. "Droga libre para todos": los ideólogos de la iniciativa liberalizadora. El rol y los objetivos de George Soros.
Matías E. Ruiz: Recientemente, nos hemos enterado de que el juzgado del Dr. Julián Ercolini desestimó la causa por injurias que en su oportunidad le trabara el ministro Aníbal Fernández. ¿Cómo fue que dio inicio ese proceso? ¿Cuál es el modus operandi de Fernández y por qué es tan conocido por su insistencia en llevar a comunicadores, periodistas y activistas antidrogas ante los tribunales?
Claudio Izaguirre: George Soros —el hombre que promueve la libertad de las drogas en toda América— sugiere a sus adláteres que lleven a juicio a todos los potenciales “enemigos del objetivo” que estuvieren en posibilidades de tener éxito. De esa manera, se los hace callar y se prosigue con el objetivo liberalizador.
Ni George Soros, ni Aníbal Fernández, ni Horacio Verbitsky esperaban encontrarse con un contendiente que no tuviera temor a ir preso, que no tuviera miedo de enfrentarlos en los estrados judiciales, que no tuviera miedo de decir las cosas en la cara de los actores intelectuales de este genocidio.
En el juzgado de Ercolini yo planteo, en primer lugar, que Aníbal Fernández sabe del accionar del Cártel Dominicano desde 2006, que le pasa el tema a Néstor Valleca (antes jefe de policía) y éste deriva la cuestión en manos del juez Norberto Oyarbide. El mencionado inicia una causa judicial sobre la que jamás investigó ni profundizó. Dos años más tarde, la Diputada Gil Lozano y la Diputada Cynthia Hotton —con la información que les entregué— armaron el pedido de informes y una interpelación al Jefe de Gabinete, pero ésta jamás tuvo lugar.
Aquí deseo hacer un alto para recordar que, cuando Gil Lozano tuvo la oportunidad de hacerle preguntas a Aníbal en el Congreso Nacional, se levantó "ofendida" del recinto. Semanas después, Hotton denunciaba la compra de estas “manos levantadas” por parte del Ejecutivo Nacional, cuando se dio la discusión del Presupuesto Nacional.
Repito, entonces: la maniobra de llevar a los tribunales a los opositores a la despenalización de las drogas es sin duda un mecanismo aplicado en forma sistemática por el actual Jefe de Gabinete para amedrentar y, por otra parte, como acción colateral. Su abogado Carlos Gustavo Frasquet es el encargado de llamar a los medios de comunicación para “apretar” con futuros juicios a quienes le den espacio a esos opositores enjuiciados.
(…) El grupo Verbitsky, formado por Aníbal Fernández, Carmen Argibay, Eugenio Zaffaroni, Diana Conti, Mónica Cuñarro y la Asociación Internacional de Reducción del Daño de la Argentina e Intercambios Asociación Civil, son hoy los que petardean desde los medios cualquier atisbo de protagonismo por parte de quienes estamos contra la liberalización de las drogas.
En los años noventa, Alberto Lestelle —siendo el Secretario de lucha contra las drogas (SEDRONAR)— denuncia una "mejicaneada" de cinco agentes de la SIDE que quisieron quedarse con unos cuantos kilos de cocaína en un procedimiento; sobre este episodio, el diario Página 12 tituló en su portada “Con las manos en la Blanca”, junto a una foto de Lestelle con Hugo Anzorregui. Tras ese hecho, una serie de operaciones mediáticas trataron de destrozar al hombre fuerte de la lucha contra los mercaderes de la muerte por aquellos días. La última acción de Lestelle fue oponerse en reunión de Gabinete al ingreso al país de la esposa y los hijos del ya fallecido Pablo Escobar Gaviria. En una operación mediática, visiblemente manejada por Carlos Chacho Álvarez y con presencia de Horacio Verbitsky, impulsada porRadio Mitre, DyN y Canal 13, reprodujeron el audio de una conferencia que dio Lestelle en el barrio de Belgrano, donde se escuchaba de labios del Secretario de lucha contra las drogas. Eso fue utilizado para sacarlo del Gobierno Nacional, aunque los medios y los diputados sabían perfectamente que dentro de la biblioteca del Congreso Nacional se estaba llevando adelante una investigación por tráfico de drogas por parte de las Fuerzas de Seguridad. Alberto Lestelle prefirió no dar a conocer la lista de los legisladores adictos a las drogas, detalle que conservaba en una carpeta de color amarillo.
M.R.: ¿Cómo se explica el crecimiento ininterrumpido de las actividades relacionadas con el tráfico, la comercialización de estupefacientes y el lavado de dinero desde 2003?
C.I.: Debemos tener presente que durante el período de Lestelle al frente de SEDRONAR el consumo de cocaína era de 0,4%. Desde su renuncia hasta el final del gobierno de Fernando De La Rúa, el consumo trepó al 1,9%; pero durante el gobierno de Duhalde volvió a bajar al 0,3% y en el período de los Kirchner subió al 2,67%. Así fue que nos convertimos en primeros consumidores de cocaína de toda América.
Estas estadísticas, que oportunamente ha difundido la Oficina Contra la Droga y el Crimen de Naciones Unidas (UNODC), han sido calladas oportunamente por los medios nacionales de comunicación.
Tanto en el período de Lestelle dentro del SEDRONAR como de Duhalde como presidente, se brindó a las Fuerzas de Seguridad elementos para el combate contra los narcotraficantes, se trabajó fuertemente en prevención de drogas y, en particular, en favor de la asistencia de personas con problemas de adicción a sustancias fue facilitada.
En este lapso desde 2003 a la actualidad —que coincide con la llegada de los Kirchner— se ahogó a las Fuerzas de Seguridad, se les privó de elementos para combate efectivamente a las drogas, se prohibieron las campañas preventivas sostenidas en el tiempo en medios nacionales de comunicación y se acosó desde el grupo Verbitsky y sectores del propio gobierno al accionar de SEDRONAR, puesto que su Secretario —José Ramón Granero— tiene una posición contraria a la despenalización de la tenencia de drogas, en mismo tono con Duhalde o Lestelle.
Durante este período han proliferado las pistas clandestinas para el aterrizaje de avionetas con droga. En algunas provincias, se han utilizado vehículos oficiales para el trasporte de drogas por vía terrestre, mientras que la Justicia Federal ha recibido la recomendación de no actuar sobre los vendedores minoristas de drogas. Un ejemplo: más de una vez hemos escuchado a Diana Conti decir “El vendedor minorista de drogas es una persona que está fuera del sistema laboral y encuentra en la venta de drogas la posibilidad de mantener a su familia”...
Hay que comentar también sobre la forma sistemática de promoción de las drogas, tratándose el tema con la etiqueta de "consumo recreativo". Incluso el INCAA (el Instituto Nacional de Cine) subsidió películas con la condición que hubiera escenas de consumo recreativo de drogas, y en particular de marihuana.
Con gran dificultad, los medios nacionales hablaron de los daños de las drogas y escondieron en un manto de olvido los daños que produce la marihuana en el cerebro de nuestros jóvenes, además de ridiculizar a los profesionales de la medicina que con claridad han planteado la temática, como ser Eduardo Kalina o Alfredo Miroli, eminencias en el campo de la asistencia de adictos.
M.R.: A los efectos de ilustrar a los lectores, ¿podría Ud. describir los rasgos generales de la actividad de la producción y venta de drogas en la Argentina?
C.I.: En estos últimos cinco años, la Argentina se ha convertido en productor de cocaína y ahora es también un incipiente productor de marihuana. Las cocinas o laboratorios clandestinos son los encargados de convertir la PBC (pasta base de cocaína) en clorhidrato de cocaína 98% de pureza y lo que conocemos como PACO.
Nos encontramos en un momento de la República en el que la fabricación y la comercialización de drogas son moneda corriente en los barrios más pobres de la Argentina: solo basta escuchar a los curas villeros como el Padre Pepe, quien nos ilustra claramente sobre el asunto cuando dice que “En la villas, las drogas están liberadas de hecho”.
En los centros recreativos y espacios turísticos y de vacaciones, la venta de drogas ha encontrado los sitios idóneos para la comercialización irrestricta. Los jóvenes que entienden este período como un largo sábado se dan al consumo feroz de sustancias, quedando en estado lamentable para poder encarar sus responsabilidades, una vez transcurrido este espacio de tiempo.
M.R.: En relación a la pregunta anterior, ¿cuál es el rol, por ejemplo, de los puertos? ¿Qué son los precursores químicos y de qué países provienen principalmente? ¿De qué forma participan del juego las villas de emergencia y los indocumentados?
C.I.: Los puertos son zonas altamente vulnerables y muy buscadas por los seis cárteles instalados en la Argentina en este último quinquenio. Rosario, Necochea, Buenos Aires, Bahía Blanca, Comodoro Rivadavia, Caleta Olivia, Zárate—Campana, Chascomús y otros representan espacios ideales. Algunos, con mayor control que otros, son sistemáticamente vulnerados por el accionar del narcotráfico, que remite embarques disfrazados, por ejemplo, en teflón, ajo, manzanas, madera, autos antiguos o botellas de licor. Estos cargamentos de cocaína rondan los cuatro mil kilos por envío hacia el mercado europeo, que considera a la cocaína argentina como una de las más puras del mundo, y por cierto más buscadas.
Los cárteles mexicanos y colombianos tercerizan la producción de cocaína. Los laboratorios clandestinos cobran el 20% de la producción total, más la totalidad de paco.
Estos laboratorios encuentran fácilmente los precursores químicos necesarios para convertir la pasta base que se ingresa desde Colombia, Perú y Bolivia en cocaína. Luego, solo necesitan ácido sulfúrico, ácido clorhídrico y éter.
Las villas son espacios ideales para que funcionen estas cocinas, debido a que el control policial allí se ha vuelto prácticamente nulo.
He visto que estos barrios pobres han sido despojados de los derechos elementales por el poder político. La justicia, la salud y la educación no están presentes en estos conglomerados, encontrándose un terreno prolífico para los mercaderes de la muerte.
M.R.: ¿Cuáles diría Ud. que son los principales núcleos del crimen organizado que monopolizan la producción y/o comercialización de tóxicos? Preguntamos esto, en función de que Ud. ha alertado en reiteradas ocasiones respecto del arribo de traficantes de cárteles originados en México, Perú y Colombia...
C.I.: El Cártel peruano, presidido por Víctor Quispe Palomino, domina las villas 1.11.14 y Villa 31 de Capital Federal. Avanza sobre las capitales de las provincias y se encuentra ahora afincándose en el monte salteño.
Los traficantes colombianos, bajo el mando de Don Mario, dominan desde la Isla del Cerrito en el Chaco hasta el sur de la Provincia de Santa Fe.
Los mercaderes mexicanos —liderados por Joaquín "el Chapo" Guzmán— dominan la zona de Provincia de Buenos Aires. Debemos recordar que estuvo en el país María Alejandra López Madrid, quien ingresó a Resistencia (provincia del Chaco) en compañía de Mongeló, Secretario de Gobierno del Gobernador Jorge Milton Capitanich Popovich, y su trabajo se puntualizó en incorporar iglesias evangélicas a un plan de lavado de activos relacionados con el narcotráfico.
Los dominicanos solo poseen un pequeño territorio para la comercialización en la Capital Federal; este sitio está configurado por la zona delimitada desde Avenida de Mayo hasta Avenida Caseros y de la Avenida 9 de julio hasta la Avenida Entre Ríos. Aunque, a lo largo de estos últimos años, se han extendido al barrio de San Telmo.
Los narcos bolivianos se han apoderado de la zona de Liniers en la punta norte de la capital de Argentina, produciendo y comercializando drogas al menudeo, trepando con su accionar a la franja centro de la República.
M.R.: Usted ha promovido públicamente la idea de hacer participar a las Fuerzas Armadas en la lucha contra las drogas ilegales. ¿Cuál podría ser el aporte del sector castrense en este sentido?
C.I.: Mi retórica respecto de la incorporación de las Fuerzas Armadas en la lucha contra los traficantes de drogas no es de hoy. La invasión del tráfico internacional amerita desde la Ley de Seguridad Interior que nuestra Fuerzas Armadas actúen en forma implacable, pero este comentario no cae bien entre los políticos "progresistas". No fui escuchado en la Argentina, pero México y Brasil parecen haber puesto manos a la obra en este sentido, con un éxito interesante.
Considérese que, actualmente, la Fuerza Aérea Argentina tiene prohibido controlar el espacio aéreo nacional. Gracias a estas políticas liberalizadoras, somos el único país de América que no es soberano en sus cielos. De ahí la proliferación de pistas clandestinas en la franja norte del nuestro territorio. Desde la Cordillera hacia el Atlántico contamos con más de mil quinientas (1.500) pistas de aterrizaje clandestinas, en su mayoría puestas en terrenos privados para dificultar el accionar de las Fuerzas de Seguridad.
M.R.: ¿Hasta qué punto podría decirse que las drogas han infiltrado y corrompido a sectores del Estado argentino? ¿Qué sucede con las distintas policías y los servicios de Inteligencia nacionales? ¿Está comprometida la Justicia?
C.I.: Los dineros del narcotráfico tocan uno de los pecados capitales más sensibles del ser humano: la avaricia. Son pocas las personas con la suficiente fortaleza espiritual como para evitar doblegarse al tan preciado dinero.
Por otro lado, los que no se corrompen, lo pasan mal. Recuerdo a un magistrado que, teniendo en sus manos una causa importante sobre la efedrina en la Argentina, fue a fondo con el tema. Como "agradecimiento", el Estado le retiró la custodia y el automóvil oficial. Ese juez sigue adelante con la causa. No se inmutó.
Hay quienes son buenas personas y deciden no ingresar en el mundo de la política, esos lugares vacantes pueden ser ocupados por corruptos, y a partir de allí, la suerte de un país está sellada.
Los Servicios de Inteligencia tienen todos los nombres de los grandes jefes, de sus envíos de drogas al exterior, de sus redes interiores y de quienes los apañan y protegen. Lo único que necesitan es una orden para terminar con los narcogrupos existentes en Argentina. Quizás el próximo presidente ponga en práctica esa iniciativa.
Hemos visto como desde el Poder Ejecutivo se ha dado la orden a la justicia de hacer caer en desuso la Ley 23.737 bajo argumentos falaces. Hemos asistido al descarte inmediato de jueces que estaban en contra de la despenalización de las drogas, y que fueron removidos de sus juzgados con precisión, con el silencio cómplice del Colegio Público de Abogados.
Vemos cómo se ha posicionado a jueces subrogantes que atienden los juzgados hasta el instante en que escriben una sentencia distinta a la que el Poder Ejecutivo impone.
No nos hemos ocupado de defender lo suficiente a los honestos y, ahora, estos se han tenido que ir. En estos tiempos nos percatamos de las calamidades, sin darnos cuenta de que, por omisión, participamos del aquelarre al que estamos sometidos.
Las Fuerzas de Seguridad se encuentran sometidas al poder político y reciben órdenes de éste. El que no cumple a rajatabla es trasladado, sumariado y echado. Karl Marx solía decir: "Para dominar una nación, no hacen falta armas; solo hay que destruir las instituciones y corromper a la juventud”.
M.R.: ¿Cuál es la manera de derribar el argumento del Gobierno Nacional, en el sentido de que la represión del consumo es funcional al incremento de las ganancias del traficante?
C.I.: No creo que haya que derribar sus argumentos, solo hay que demoler a las personas que desde el Gobierno Nacional promocionan la venta minorista de drogas, la droga libre y la promoción del consumo. Juan Pablo II dijo: "No se puede combatir la droga con más droga".
Para decirlo de otra manera: si hay más oferta de un artículo, habrá más consumidores; si hay menos, estos no serán tantos. La libertad de venta de drogas y la enorme oferta de sustancias ilícitas hacen que, actualmente, niños de 9 a 14 años estén inmersos en el consumo: ellos no entran en las encuestas y son los que delinquen con mayor saña.
M.R.: ¿Por qué involucra Ud. al empresario húngaro—estadounidense George Soros en cierta trama de intereses para promover el consumo de marihuana? ¿Qué negocios tiene Soros en la Argentina que pudieren coincidir con ese objetivo? ¿Cómo juega la insistencia de determinados sectores locales en la insistencia sobre que la marihuana no es perjudicial para la salud?
C.I.: Respecto de Soros, vengo advirtiendo su accionar desde hace al menos cinco años. Pocas semanas atrás, este individuo anunció que había puesto un millón de dólares para incentivar la liberalización de la marihuana en California. Allí hubo un plebiscito en el que se preguntaba a la población cual era su postura respecto del tema. Soros perdió en forma apabullante.
Los negocios de Soros en Argentina son diversos, pero él busca en primer lugar la liberalización de la marihuana en todo el continente americano. En un segundo paso, el de todas las sustancias. Desea, obviamente, acaparar las ganancias de la comercialización. De lograrlo, se convertirá en una suerte de presidente del mundo. No debemos olvidar que fue oportunamente expulsado de Gran Bretaña por haber hecho saltar la banca inglesa.
En la Argentina, George Soros posee unos cuántos adeptos, entre los que se encuentra el "izquierdista entre comillas", Horacio Verbitsky. Ultraizquierda y ultraderecha se fusionan en un objetivo común: la liberalización de las drogas.
M.R.: ¿Es correcto asumir que si se reprimiera efectivamente el consumo y el precio de, por ejemplo, el paco, se incrementara, esto podría conducir a mayores índices de violencia por parte de personas de bajos recursos a quienes se le dificultaría el acceso a la droga? ¿Cómo se articula el accionar represivo con políticas sociales acertadas?
C.I.: La represión de la oferta es imprescindible, pero debe ir acompañada de la atención médica y psicológica necesaria para proteger a la demanda. La violencia está dada a partir de los desarreglos que producen las drogas en el cerebro de las personas que las consumen, llamada comúnmente locura.
El cerebro no entiende por sí sólo de leyes ni de cuestiones político—sociales: cuando se le administra un tóxico, simplemente se altera, provocando que las personas ejecuten actos que jamás hubieran llevado a cabo sin drogas en su sistema.
Quiero, en este punto, dar un ejemplo claro y conciso. Si usted deja caer una gota de alcohol sobre la palma de su mano y no hay lastimadura ninguna, el efecto dañino será nulo; pero si deja caer esa misma gota en su ojo, la situación será diametralmente opuesta. La diferencia radica entre lo que la medicina llama tejidos vivos y tejidos muertos. Así, demostramos como el ojo es un tejido vivo y nuestro cerebro entra en esa categoría.
Imaginemos entonces lo que le sucede a nuestro cerebro cuando lo inundamos de tóxicos. Este, desde el inicio de la recepción de tóxicos, funciona en forma anormal. Pero, al necesitar de las sustancias, ordenará acciones autodestructivas que generarán mayor necesidad de consumo, dado que la tolerancia a esas sustancias convertirán a ese cerebro en adicto.
M.R.: Existe la opinión generalizada de que es imposible para un adicto recuperarse. ¿Cuál es su opinión al respecto?
C.I.: Llevo 34 años, dos meses y dos días limpio y sereno, libre de alcohol y drogas, sin recaídas. Se puede vivir insubordinado de drogas. Se puede dejar de consumir sin sufrir. Se puede tener una vida feliz y útil. Se puede amar, se puede construir una familia y un estilo de vida digno. Yo he podido. Y, como yo, miles de personas están lográndolo a lo largo y ancho de mi país y el mundo. Solo hay que pedir ayuda.
M.R.: ¿Por qué es importante analizar en profundidad la cuestión de la internación forzada para adictos que representan un peligro para terceros?
C.I.: Los mecanismos autodestructivos del adicto se van acrecentando con el correr del tiempo, sus acciones son cada vez más virulentas, y en particular con sus seres queridos. Llega una instancia en la que el individuo toma conciencia de todo el daño provocado y opta por el suicidio.
Recordemos que el cerebro no funciona correctamente y la persona está convencida que no podrá respirar sin la próxima dosis, pero ésta lo lleva a mayores martirios, ingresando en un circuito imposible de abandonar. La internación compulsiva corta de cuajo este estilo de pensamiento y devuelve al usuario de drogas la posibilidad de razonar.
Algunos diputados y senadores que ni siquiera saben cómo han llegado a sus bancas, han votado la Ley de Salud Mental. Esta legislación considera la internación compulsiva del adicto como un secuestro, que el adicto debe elegir ser o no internado, que puede externarse cuando se le ocurra y puede elegir cuál es el tratamiento que el médico debe aportarle. Es un loco el que escribió el proyecto y son locos los que lo votaron.
M.R.: Se ha dicho que el problema de las drogas es, en rigor, insoluble. Es bien conocida la frase que reza que "Si existe demanda, siempre habrá oferta". ¿Coincide Ud. con este punto de vista?
C.I.: Si existe oferta, siempre habrá demanda. El problema será insoluble en la medida que no se tomen las acciones pertinentes para erradicar a los mercaderes de la muerte y a sus protectores.
M.R.: —Si la Argentina continuara bajo el actual escenario de carencia en políticas firmes para combatir el flagelo, ¿cómo podría empeorar la situación en la sociedad? ¿Es correcto presuponer que existe un punto a partir del cual la infiltración que los traficantes hacen en perjuicio de las estructuras estatales conduce a un callejón sin salida?
C.I.: —Para la próxima década, auguro un 20% de esquizofrénicos y psicóticos caminando por las calles de mi país. Este será el remanente que deje el consumo masivo de drogas. La solución es simple: mano dura para los mercaderes de la muerte y sus protectores por una parte, y por la otra, mucho afecto y límites para quienes hayan tenido la desgracias de contraer la enfermedad de la adicción.
Entrevista realizada por Matías E. Ruiz, Editor de El Ojo Digital
Tomado de Tribuna de periodistas
No hay comentarios:
Publicar un comentario