martes, 9 de agosto de 2011

ENCUESTAS, NO TODOS LOS VOTOS SON K


Las cifras de los resultados electorales reflejan una decisión que, aunque admite diversas interpretaciones, expresa de forma inequívoca y certera la voluntad política popular.

Por su parte, las encuestas de intención de voto, si se realizan conforme a las mejores reglas del arte y no se retocan los datos reunidos, sólo son una muestra aproximada del estado de la opinión pública al momento de la encuesta.

Dado que la opinión pública, por su misma naturaleza, es relativa y mudable, siempre existen posibilidades de desvíos entre los resultados de las encuestas y los de las elecciones, posibilidad de error que aumenta en forma directamente proporcional al tiempo que separa a la encuesta de los comicios y se agudiza aún más en una situación como la
actual, en la que aún no están expresamente definidas las candidaturas presidenciales que han de competir en la elección de octubre.

A propósito de ello, Ricardo Saldaña aporta un
dato ilustrativo en una reciente nota suya a la que tituló “Encuestando por un Sueño”, de la que reproducimos la siguiente cita.

“Dos profesores de ciencia política, Christopher Wlezien de la Temple University y Robert Erikson de la Columbia University, realizaron una minuciosa y documentada investigación respecto de las elecciones presidenciales celebradas en Estados Unidos en las últimas seis décadas, donde correlacionan el nivel de acierto de las encuestas electorales con el grado de anticipación respecto de los comicios, con que se llevaron a cabo. El resultado pone en evidencia que sólo alcanzan un razonable grado de precisión aquellas encuestas concretadas a partir de los treinta días previos a la elección. Como referencia, a cinco meses de una elección, que es la coyuntura que estamos transitando, el valor predictivo no supera el 50%. Esta comprobación, verificada para un país cuya limitada volatilidad política puede inferirse a partir de un calendario electoral que no se ha alterado en más de dos siglos, descalifica cualquier pretensión de anticipar de modo concluyente el comportamiento electoral de octubre”, o al menos de intentar hacerlo a partir de los datos de las encuestas, agregamos nosotros.

Un ejemplo de ese valor relativo de las encuestas para anticipar los resultados electorales lo ofreció en estos días Poliarquía, consultora de Eduardo Fidanza y otros asociados, a la que se suele considerar rigurosa e independiente del gobierno, a diferencia de otros encuestadores oficialistas como Doris Capurro o Artemio López, por mencionar los casos más obvios.

Pues bien, en una reciente encuesta que hizo en Santa Fe, Poliarquía le asignó a Cristina Fernández de Kirchner (CFK) una imagen positiva de cerca del 60%, dato que contrasta con el hecho que los votos kirchneristas en las elecciones internas santafesinas del 22 de mayo, aún en la sumatoria más generosa, apenas llegan al 32,5%. Esa amplia distancia entre uno y otro porcentaje podría ser explicada por la diferencia que separa a la imagen de la intención de voto. Pero la misma Poliarquía, poco antes de la elección interna santafesina, anticipó que Rafael Bielsa, su cliente, sería el ganador entre los cuatro precandidatos que compitieron dentro del Frente Santa Fe Somos Todos. El augurio que fue desmentido cuando se contaron los votos y Bielsa resultó ser tercero, detrás de Agustín Rossi y Omar Perotti.

Si existió semejante distancia entre el anticipo y la realidad en el pronóstico de una encuestadora considerada seria e independiente, es válido suponer que las prognosis de los consultores más afines al gobierno no son más que expresiones de deseos con cobertura “científica”.

De ahí que, al disponernos a elaborar una prospectiva electoral que procura tener el mayor grado posible de semejanza con lo que vaya a suceder en la realidad, pareció más razonable y prudente que atender a las encuestas, basar el análisis en los resultados de las elecciones presidenciales del 2007, de las legislativas del 2009 (en general y por distrito) y de los cuatro comicios ya realizados en
este 2011 (generales en Catamarca, Salta y Chubut e internas obligatorias de Santa Fe), cuyos datos esenciales se presentan al final de este informe.

Diríamos que nos negamos a adherir a lo que Jorge Asís, uniendo el humor y la verdad, llama el “frente encuestológico de la victoria” desde el que se aplica, con obstinado rigor y gran abundancia de recursos, la cínica máxima de Voltaire – que suele atribuirse a Joseph Goebbels porque lo asumió para sí – que aconsejaba: “miente, miente, miente; siempre algo queda”.

Por nuestra parte buscamos acercarnos e incluso anticiparnos a la verdad, aunque asumimos que es posible que nuestras carencias – de talentos, de información, de tiempo y de paciencia- hagan que no lleguemos a hallar esa verdad a la que buscamos.

Perspectivas de la Candidatura de CFK

En las elecciones legislativas del 2009, el voto kirchnerista descendió del 45 al 30% respecto de las presidenciales del 2007, caída que se mantuvo en los comicios que se hicieron en lo que va del 2011 en Catamarca, Chubut, Salta y Santa Fe – distritos que representan poco más del 14% del padrón nacional de electores – ya que en ellos el kirchnerismo reunió un 30,47% de los votos.

Es lo que surge del hecho que, en cifras absolutas, sobre los 3.685.908 electores que hay en esos cuatro distritos, las listas más o menos identificadas con CFK sumaron 1.123.220 votos según un cálculo generoso que, por ejemplo, incluye a todos los votos de Urtubey en Salta y la mitad de los de Perotti en Santa Fe.

En Catamarca, que representa el 0,8% del padrón nacional, el Frente para la Victoria (FPV) llegó al 47,29% de los votos (en las presidenciales del 2007 CFK había logrado el 53,24%, con lo que este año hubo una caída del 6%) y ganó para sí esa Provincia que, venía siendo gobernada por el Frente Cívico y Social, una alianza liderada por la UCR que recorrió una trayectoria similar a la del vicepresidente Julio Cobos, pasando del oficialismo a la oposición.
En Chubut, donde se registra el 1,2% del total de votantes del país, la disputa fue entre el candidato del gobernador saliente, Mario Das Neves – quien se pasó del kirchnerismo oficialista al Peronismo Federal opositor – al que el Frente para la Victoria logró empatarle la elección, logrando el 36,51% de los votos. Dado que en las presidenciales del 2007 CFK había alcanzado el 66,28% de los sufragios, el último resultado indica que la mitad de esos votos eran de Das Neves y no de la propia candidata presidencial.
En Salta, que reúne al 3,54% del total de electores del país, sumando los votos de Wayar (8,5%) y los de Urtubey (59,57%), el kirchnerismo llega al 68,05%, porcentaje inferior en casi 7 puntos al 75,77% que reunió CFK en las presidenciales del 2007.
Finalmente, en las internas obligatorias de Santa Fe, que representa el 8,5% del padrón nacional, sumando como “kirchneristas” a los votos de Rossi, de Bielsa y a la mitad de los votos de Perotti (quien mantuvo una implícita pero neta diferenciación del gobierno nacional), se llega a casi a un 32%, cifra inferior al 35,5% de los votos que logró CFK en la presidencial de 2007.

Surge de lo expuesto que, cuando se consideran los votos efectivos que expresan la real voluntad popular en comicios y no las supuestas “intenciones de voto” de unas encuestas que se contratan y difunden hasta el hartazgo, se constata la falsía de los pronósticos triunfalistas de los voceros del oficialismo, que buscan presentar como un hecho consumado el triunfo de CFK en la primera vuelta.

Ese comportamiento no sorprende en un gobierno que intervino al INDEC para falsificar los datos sobre la inflación o la pobreza y difundir un cuadro de la realidad tan idílico como falso, buscando así aportar a la creación e instalación de una imagen en la que el relato fantasioso y las cifras distorsionadas tratan de obrar sobre la conciencia popular a la manera del “soma”, aquella droga que consumían los habitantes del “Mundo Feliz” de Aldous Huxley, en procura de una felicidad ilusoria y fugaz.

Al fin y al cabo se trata del gobierno detentado por quien quiere hacernos creer que lo que los argentinos celebramos el 25 de mayo es el aniversario de la asunción de la Presidencia de Néstor Kirchner, que pretende convertir a los 49 días de la Presidencia de Héctor Cámpora en una versión nac & pop de “Los 10 días que cambiaron al mundo”, el libro de John Reed que describe los prolegómenos de la revolución de octubre de 1917 en Rusia y que no vacila en inventar para ella y a su extinto esposo un inexistente pasado de cárceles y persecución.

Quienes así obran bien harían en recordar aquello que decía Juan Domingo Perón: “con una mentira mil veces repetidas podrán hacerse muchas cosas, pero nunca convertirla en una verdad” o el principio cristiano que anuncia que la verdad nos hará libres.

Volviendo a los datos de la realidad, vale recordar que en las presidenciales de 2007, en la Ciudad de Buenos Aires – segundo distrito electoral del país con el 8,9% del padrón nacional – CFK sólo tuvo el 23,78% de los votos; que por entonces en Córdoba – que representa el 8,7% del padrón nacional – la actual presidente apenas alcanzó el 23,84% y que Mendoza – donde reside el 4,2% de los electores del país- en el 2007 le otorgó a CFK el 60,93 de los votos porque llevaba como vicepresidente al dirigente del radicalismo mendocino Julio Cobos y posible que en octubre se dé ahí un proceso similar al que se produjo en Chubut y sólo le queden al kirchnerismo alrededor del 30% de los votos.

Resulta entonces que en cuatro de los cinco grandes distritos electorales del país (Ciudad de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y Mendoza), que suman algo más del 30% del electorado nacional, todo indica que la reelección de CFK en octubre obtendría un apoyo que, en el
mejor de los casos, rondaría en torno del 30% de los votos.

Se podrá decir que ese 30% del voto que hasta
hoy avala a CFK va a aumentar con el aporte que le allegue el respaldo masivo que muchos dicen que tiene Daniel Scioli en la Provincia de Buenos Aires, donde reside el 38% de los electores del país y en la que CFK obtuvo el 45,91% de los votos en las elecciones presidenciales de 2007.

Pero esa hipótesis contrasta con el hecho que el actual gobernador bonaerense ocupaba el número 2 en la lista del Frente para la Victoria que en las elecciones del 2009 lideró Néstor Kirchner en la Provincia de Buenos Aires y que esa lista que incluía otras “candidaturas testimoniales” como la de Nacha Guevara sólo consiguió el 32,1% de los votos y perdió frente al 34,5% que acumuló la lista del peronismo no kirchnerista de Unión Pro, que encabezaba Francisco de Narváez.

De hecho, para llegar al 40% de respaldo en el orden nacional – que es una condición necesaria pero no suficiente para
ganar en primera vuelta – CFK tendría que alcanzar en la Provincia de Buenos Aires alrededor del 50% de los votos, 5 puntos porcentuales más que los que acumuló en 2007, lo que parece un objetivo imposible de lograr.

En consecuencia, si a los pronósticos circulantes sobre el resultado de los comicios presidenciales de octubre se les aplica el
saludable desagio de los datos de la realidad electoral precedente, surge que hasta ahora la mejor hipótesis para la candidatura de CFK a la reelección presidencial – que aún no fue formalizada – sería obtener entre el 30 y el 35% de los votos y con ellos ganar la primera vuelta.

Es válido incluso preguntarse si CFK no asumió aún su candidatura en forma explícita por ser esa una táctica electoral, porque la hace dudar su estado de salud física y espiritual o porque teme el riesgo de tener que afrontar una segunda vuelta electoral, en la que habría muchas posibilidades de que fuera derrotada.

En caso que se formalice la candidatura de CFK a la reelección, un dato a tener en cuenta para medir sus posibilidades reales será la decisión que tome al elegir quien la acompañará como aspirante a la Vicepresidencia, decisión en la que no dejará de incidir la experiencia vivida con Cobos.

Considerando el efecto dejado por esa experiencia y la posibilidad que circula como versión de mentideros políticos según la cual CFK podría retirarse antes de completar su segundo mandato, es plausible que la actual presidente, al elegir a quien la acompañe en la fórmula, asigne primacía a la confiabilidad que a ella le suscite la persona escogida y en tal caso sería posible que opte por Carlos Zannini o Amado Boudou.

Corresponde asumir que este informe de prognosis sobre el resultado de la elección presidencial del 23 de octubre es provisorio dado que recién el sábado 25 de junio vencerá el plazo para presentar las listas de los precandidatos a cargos nacionales que irán a las internas primarias, abiertas y obligatorias del 14 agosto y de los cuales sólo participarán de las generales los que obtengan, como mínimo, el 1,5% de los votos.

Además, con antelación a esa fecha límite, se harán elecciones
locales anticipadas en La Rioja (29 de mayo) y Neuquén (12 de junio) y precediendo a las presidenciales se votará en Misiones y Tierra del Fuego (26 de junio), Ciudad de Buenos Aires (10 de julio), en las generales de Santa Fe y en internas abiertas en La Pampa (24 de julio) y en las provinciales de Córdoba (7 de agosto), Tucumán (28 de agosto), Corrientes y Chaco (18 de setiembre).

Perspectivas de la Candidatura de Alfonsín y Duhalde

También intentamos diseñar un breve futurible acerca de las candidaturas de Eduardo Duhalde y Ricardo Alfonsín, según el mismo método de análisis utilizado para considerar las perspectivas electorales de CFK.

Nos circunscribimos a Duhalde y Alfonsín por presumir – con todos los riesgos que esa presunción conlleva- que son ellos los precandidatos que aparecen hoy con más posibilidades de pasar a la segunda vuelta, superando a Elisa Carrió, Alberto Rodríguez Sá, Jorge Altamira y a la hasta ahora “protoprecandidatura” de Hermes Binner.

Hecha esa aclaración, digamos que el porcentaje de votos que asignamos a la candidatura de Ricardo Alfonsín en la primera vuelta, se basa en los sufragios que obtuvieron los candidatos de la UCR en las legislativas del 2009 y en los cuatro comicios del 2011.

Priorizamos esas dos referencias dado que en las elecciones presidenciales del 2007 el candidato presidencial de la UCR fue el justicialista Roberto Lavagna, circunstancia que podría hacer desaconsejable proyectar a la candidatura de Alfonsín (h) el 17 % de los votos que obtuvo entonces el ex ministro de Economía de Duhalde y Kirchner.

Recordamos que, en las legislativas del 2009, el Acuerdo Cívico y Social – del que formaba parte central la UCR, junto al socialismo santafesino y al ARI de Carrió – fue la alianza que totalizó el mayor porcentaje de votos (30,9%) en el orden nacional y que las listas de la UCR tuvieron un importante caudal de votos en grandes distritos como Córdoba (29%), Santa Fe (39,85%, aunque aquí una porción significativa de esos sufragios son del socialismo) y Mendoza (48,4%).

En cuanto a las cuatro elecciones que ya se hicieron este año, el radicalismo obtuvo en Catamarca el 43,52% de los votos, en Chubut el 11,67%, en Salta apenas el 1,69% y en Santa Fe el 11,68% (Barletta más Cáceres).

En base al método expuesto, a la fecha el voto a Alfonsín rondaría en torno de un 20%, asumiendo que esta estimación puede modificarse por la posible alianza del precandidato de la UCR con la Unión Celeste y Blanco de Francisco De Narváez en la Provincia de Buenos Aires y una eventual candidatura presidencial del socialista santafesino, Hermes Binner.

De la primera posibilidad admitimos guardar dudas acerca del grado de disposición a votar por Alfonsín que puedan tener quienes, en las legislativas del 2009 votaron a De Narváez como cabeza de una lista de neta identidad peronista no K y en igual sentido nos preguntamos que actitud electoral pueden adoptar los bonaerenses que votaron al Acuerdo Cívico Social que integraba la UCR con el GEN de Margarita Stolbizer y el ARI de Carrio ante una alianza de Alfonsín con De Narváez, que puede parecer mero oportunismo electoralista de ambos.

En cuanto a la eventual candidatura presidencial de Binner en un frente de centro-izquierda con Stolbizer en la Provincia de Buenos Aires, Fernando Solanas en la Ciudad de Buenos Aires y Luis Juez en Córdoba, parece obvio que buena parte de los votos que obtuviera esa fórmula se los restaría a Alfonsín, con lo que había que ponderar el efecto que pudiera tener tal alternativa.

Por último, si fuera Alfonsín quien compitiera con CFK en la segunda vuelta, es probable que se inclinaran por él casi todos los votantes de Carrió y de Binner, así como una porción de los que en la primera vuelta votaran por Duhalde y Rodríguez Sá, aunque el “anti alfonsinismo” de una parte de los votantes peronistas no “k” podrían llevarlos a elegir votar a CFK y otros, junto con votantes de centro derecho, podrían optar por votar en blanco o no votar.

Seguimos el mismo método para ponderar el actual piso de apoyo electoral de Duhalde y así consideramos que en las legislativas del 2009, a nivel nacional, la suma de los votos obtenidos por el peronismo disidente y el PRO llegó al 26,9%, desagregado en un 34,5% en la Provincia de Buenos Aires (fue la lista más votada), un 31% en la Ciudad de Buenos Aires (como PRO), un 39,84% en Santa Fe (la Alianza Santa Fe Federal se identificaba por entonces con Carlos Reutemann y se había alineado con el campo en el conflicto del 2008), el 27,9% en Córdoba (Unión por Córdoba se enfrentó con una escisión kirchnerista) y el 14,4% en Mendoza (es lo que obtuvo el Frente Demócrata-Pro).

En los comicios de este año, los votantes que se inclinarían por Duhalde incluyen al modesto 2,2% que obtuvo el Partido Primero Catamarca en esa Provincia, el 36,67% del PJ de Chubut conducido por el peronista federal Mario Das Neves, en Salta el 25,12% de los votos que fueron a Olmedo y una parte de los votos de Urtubey (reunió el 59,57% de los sufragios) que es improbable que opten por CFK u otros candidatos presidenciales no peronistas y en Santa Fe cerca del 20% al sumar el 13,35% de Torres del Sel y al menos la mitad del 11,53% de Perotti.

En base a los datos indicados parece plausible estimar que, a la fecha también Duhalde reuniría alrededor del 20% de los votos, previsión en la que tendrá incidencia la elección de su compañero de fórmula, los equipos que le acompañen y el tono y despliegue de su campaña.

Si Duhalde resulta ser el rival de CFK en la segunda vuelta es previsible que se inclinen por él la mayor parte de quienes voten a Alfonsín en la primera ronda, todos los votantes de Alberto Rodríguez Sa e incluso algunos de los electores de Binner y de Carrió, en tanto que en esa polarización es presumible que CFK sólo podría ganar para sí una parte de quienes votaran a Binner en la primera ronda.

Datos Básicos de las Últimas Elecciones

1. Elecciones presidenciales de 2007

Cristina Fernández de Kirchner (CFK): 45% (más del doble del 22% de Néstor en 2003),
Elisa Carrió: 23% (casi un 9% más que en 2003),
Roberto Lavagna: 17% (un crecimiento de casi el 15% respecto del porcentaje que tuvo la UCR en 2003, obteniendo votos que entonces han de haber ido a López Murphy, Menem y Rodríguez Sá),
Alberto Rodríguez Sá: 7,8% (casi la mitad de lo que reunió su hermano en 2003),
Fernando Solanas: 1,6%,
Jorge Sobisch: 1,6%,
Ricardo López Murphy: 1,5% (bajó casi el 14% respecto de sus votos en el 2003)

2. Elecciones legislativas de 2009 (resultado general)

Acuerdo Cívico y Social (ARI, UCR y aliados como el PSP de Santa Fe): 30,9% de los votos. 76 diputados (15 más que antes) y 23 senadores nacionales (7 más);
Frente para la Victoria y aliados; 30,7% de los votos. 116 diputados (21 menos) y 36 Senadores (4 menos);
PRO más el PJ disidente: 26,9% de los votos. 42 diputados (12 más) y 9 senadores
Otras fuerzas (provinciales, izquierda, etc.): 11,1% de los votos. 23 diputados (6 menos) y 4 senadores (3 menos).

3. Elecciones legislativas de 2009 (resultado por distritos)

Provincia de Buenos Aires (10.335.716 votantes, casi el 38% del padrón nacional)
Frente para la Victoria: 32,1% (Néstor Kirchner, Daniel Scioli, Nacha Guevara)
Unión – PRO: 34,5% (Lista encabezada por Francisco de Narváez).
Ciudad de Buenos Aires (2.508.353 de votantes, 8,9% del padrón nacional)
Frente para la Victoria: 11,6%
PRO: 31%.
Córdoba (2.439.349 votantes, 8,7% del padrón nacional)
Frente de la Victoria: 9,1%
UCR: 29%
Unión por Córdoba (PJ y aliados): 27,9%.
Santa Fe (2.375.271 votantes, 8,5% del padrón nacional)
Frente para la Victoria: 9,5%
Frente Progresista (PSP y UCR): 39,85%
Alianza Santa Fe Federal (PJ no kirchnerista): 39,84%.
Mendoza (1.181.848 votantes, 4,2% del padrón nacional)
Frente para la Victoria: 27%
UCR: 48,4%
Frente Demócrata/PRO: 14,4%.
El kirchnerismo perdió también en Entre Ríos (3,2% del padrón nacional), Corrientes (2,4%), San Luis (1%), Catamarca (0,8%) y Santa Cruz (0,6).

4. Síntesis del resultado de las legislativas 2009 por distrito

El Frente para Victoria perdió en 10 distritos, que abarcan el 76,3% del padrón nacional e incluyen a los 5 principales distritos, que reúnen al 68,3% del total de votantes.
El kirchnerismo ganó en 12 distritos que totalizan el 16,5% de los votantes del padrón nacional, sea en versiones atenuadas (Salta y La Pampa) o explícitas (Santiago del Estero, Tucumán, Chaco, Misiones, Formosa, Jujuy, La Rioja, Río Negro, San Juan y Tierra del Fuego).
En Chubut (1,2%) y Neuquén (1,3%), que representan el 2,5% de los votos del padrón total, ganaron Das Neves, un oficialista que pasó a ser opositor y el Movimiento Popular Neuquino, aliado inestable del kirchnerismo.

5. Resultados de elecciones 2011

Catamarca (0,8% del padrón nacional)
Alianza Frente para la Victoria: 86.276 votos (47,29%)
Alianza Frente Cívico y Social: 79.393 votos (43,52%)
Partido Primero Catamarca: 4.058 votos (2,22%)
Mov. Soc. de los Trabajadores (MST – Proyecto Sur): 2.494 votos (1,37%)
Partido Obrero: 1.920 votos (1,05%)
En blanco: 7.060 votos (3,87%)
Nulos: 1.218 votos (0,67%)
Emitidos: 182.419
Chubut (1,2% del padrón nacional)
Partido Justicialista: 98680 votos (36,67%)
Frente Para la Victoria: 98.245 votos (36,51%)
Unión Cívica Radical: 31.131 votos (11,67%)
Mov. Soc. de los Trabajadores / Proyecto Sur: 4.462 votos (1,66%)
Coalición Cívica / ARI: 4.336 votos (1,61%)
Partido Acción Chubutense: 2.963 votos (1.1%)
En blanco: 20.869 votos (7,76%)
Anulados: 3.978 votos (1,48%)
Emitidos: 264.684 votos
Salta (3,54 % del padrón nacional)
Frente Just. Renovador de la Victoria (José Urtubey): 327.596 votos (59,57%)
Frente Olmedo Gobernador: 138.132 votos (25,12%)
Wayar Gobernador: 46.728 votos (8,5%)
Partido Obrero: 13.388 votos (2,44%)
Unión Cívica Radical: 9.249 (1,69%)
Morello Gobernador – Movimiento Proyecto Sur – PS: 9.201 votos (1,68%)
Coalición Cívica- ARI: 4.530 votos (0,83%)
Movimiento Independiente de Jubilados y Desocupados: 1.195 (0,22%)
Positivos: 550.019 (68,15%)
En Blanco: 9.171 (1,68%)
Electores: 807.035
Santa Fe (internas obligatorias): (8,5% del padrón nacional)
Unión PRO Federal (Miguel Torres Del Sel): 235.491 votos (13,35%)
Frente Santa Fe Para Todos: 677.600 votos (38,41%)
Agustín Rossi: 270.499 votos (15,33%)
Omar Perotti: 203.387 votos (11,53%)
Rafael Bielsa: 192.176 votos (10,89%)
Juan Carlos Mercier: 11.538 votos (0,65%)
Frente Progresista, Cívico y Social: 650.677 votos (36,88%)
Antonio Bonfatti: 292.486 votos (16,58%)
Mario Barletta: 201.164 votos (11,40%)
Rubén Giustinianni: 152.012 votos (8,62%)
Luis Cáceres: 5.015 votos (0,28%)
Electores: 2.431.770
Votantes: 1.764.084
Asistencia: 72,54%

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