lunes, 30 de abril de 2012

ESCENARIO MUY COMPLICADO. Es la economía, muchachos de La Cámpora... y Uds. de eso no entienden



ESCENARIO MUY COMPLICADO. Es la economía, muchachos de La Cámpora... y Uds. de eso no entienden


Lo dicen las encuestas en las que aparece con nitidez que la Presidente de la Nación no mejoró su imagen ante la opinión pública con el tema YPF, pese a las expectativas al respecto aún de los opositores cobardes. Cristina Fernández necesita de anuncios espectaculares para mantener vigente la mística kirchnerista. Desde octubre, Cristina Fernández ha relanzado su gobierno 3 veces. Y todo indica que deberá seguir haciéndolo muchas veces más.

Gabriel Mariotto, junto a militantes de La Cámpora y el Movimiento Evita, recordando el asesinato de los jóvenes Franco Almirón y Mauricio Ramos, en José León Suárez. Foto: Maximiliano Luna/Télam (03/02/2012).

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Sin Saco y Sin Corbata - Radio El Mundo). Una operación épica –para la construcción de la identidad cristinista- como fue la confiscación del 51% de las acciones de Repsol en YPF y la masiva aprobación en el Senado (que se adelanta a la que veremos en Diputados) tuvo un triste broche por el pobre acto que la militancia oficialista organizó en la cancha de Vélez Sarsfield.

Ni el Movimiento de Unidad Popular, ni el Frente de Tierra Vivienda y Hábitat de Luis D´Elia; ni la Tupac Amarú, ni el Movimiento Evita, ni el Frente Transversal, ni la agrupación Kolina de Alicia Kirchner, ni los aportes de la Central de Trabajadores Argentinos, ni La Cámpora pudieron regalarle a Cristina Fernández una movilización como ella esperaba para relanzar su gobierno a menos de cuatro meses de haber jurado su segundo mandato.
El contraste fue notable: Hugo Moyano reunió en Parque Roca 20.000 camioneros y todo el aparato cristinista y kirchnerista no peronista apenas si pudo llenar la cancha de Vélez Sarsfield y sus alrededores. Incluso, en el palco, pese a que fueron invitados a último momento, no había más de seis gobernadores e igual cantidad de intendentes.
¿Cómo pudo haber ocurrido esto a una Presidente de la Nación que fue votada hace seis meses por 54% de los argentinos, retomó el control de YPF (medida que fue apoyada por 65% de los encuestados, según diversos estudios), se impuso en el Senado por 63 votos contra sólo 3 en rechazo y espera más de 200 votos de aprobación en la Cámara de Diputados?
Si bien se trata sólo de indicios, los estudios de opinión están detectando un comienzo de separación entre el relato épico, los gestos para acumular capital simbólico y la construcción del relato que se intenta realizar con ciertos anuncios y el contraste con los problemas reales, por eso Cristina Fernández dijo el viernes que es necesaria más creatividad para llevar adelante la intervención del Estado en la economía.
Desde su reelección, Cristina Fernández demuestra un interés creciente en mantener las grandes variables productivas, macroeconómicas y financieras intervenidas para evitar que la economía, el gran aliado del kirchnerismo desde 2003, no se convierta en su flanco más débil.
El cepo cambiario e importador, la autorización para tener acceso ilimitado a las reservas del Banco Central, intentar desarmar la maraña de subsidios a los servicios públicos, la creciente presión recaudatoria y los esfuerzos por controlar los precios son algunos ejemplos.
Por eso no sorprende que se cambie con Uruguay medidas proteccionistas contra desaparición del secreto fiscal para las inversiones argentinas, la obligación que se impuso a las empresas cotizantes para no distribuir dividendos y canalizar esos fondos a inversiones o la reducción de plazos para ingresas las divisas provenientes de las exportaciones.
Néstor Kirchner se movió cómodo con los bolsillos llenos. Cristina Fernández tuvo menos suerte y recurrió a estatizar las AFJP, intentó quedarse con la renta agraria, tomó por asalto el Banco Central y reabrió el canje de deuda para tener fondos suficientes para financiar la fidelidad. Ahora, la Presidente de la Nación sabe que debe llegar hasta 2015 y no hace más que acumular dinero para enfrentar la creciente interna que nace en el seno del peronismo, del kirchnerismo y del cristinismo.
A menos de 2 meses de haber cambiado la Carta Orgánica del Banco Central, la Casa Rosada pide US$ 5.674 millones, que serán pagados en varios tramos; retira del Banco Nación (es decir, es dinero que no irá a crédito productivo) $ 12.800 millones y avanza sobre el Fondo de Sustentabilidad del ANSeS y obtiene otros US$ 342 millones. De esta forma, en lo que va del año, Cristina Fernández retiró liquidez de organismos públicos por casi $ 32.000 millones y todavía faltan otros 8 meses para finalizar 2012. Proyectar cifras espanta.
La voracidad recaudatoria del gobierno llevó a la primera demostración de preocupación de los bancos, aunque fue tratado como un pedido extraoficial: la solicitud al Banco Central para que instrumente líneas de cortísimo plazo en dólares (call y pases) para evitar cuellos de botella ante la demanda de divisas por parte del público o los exportadores. Fue, apenas, un llamado de atención, pero habría otros más en carpeta.
Cuando la Casa Rosada actúa, no mide consecuencias.
Todos aplaudieron, y están votado en favorablemente en el Congreso, la confiscación del 51% de las acciones de Repsol, pero recién ahora se comienzan a ver los efectos.

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