lunes, 28 de marzo de 2011

El "modelo" kirchnerista: menemismo mas "redistribución de la pobreza"

El "modelo" kirchnerista: menemismo mas "redistribución de la pobreza" El actual gobierno habla repetidamente de su "opción por los pobres", una consigna proveniente de la Teología de la Liberación. Pero a luz de cómo viven, donde viven, y los bienes que ostentan sus integrantes, evidencian practicar la Teología de la Prosperidad Personal, pese estar en total contradicción con la anterior. Esto parece ser consecuencia del ferviente activismo juvenil en los setenta por parte de los Kirchners; seguido de un intervalo en el que procuraron enriquecerse de cualquier manera; para posteriormente pasar a desplegar una intensa actividad en la política, en base a practicar lo peor de ella. Mediante su financiamiento clandestino, su articulación con los negocios, especialmente los multinacionales relacionados con la minería, el petróleo, las finanzas, y la pesca; y el empleo de cualquier medio para lograr un fin. Dialécticamente, ese cambiante periplo parece haber desembocado en una inusitada síntesis de la Teología de la Liberación más la de la Prosperidad Personal. Enfocada a los efectos de conquistar y conservar el poder, que es la pulsión íntima que parece des-velar a los Kirchners y su reducido entorno, a costa de lo que sea. Simbiosis que a su vez ha llevado a la instauración de un "modelo" o "proyecto", defendido fervientemente desde las tribunas, cuyo sustrato íntimo podría definirse como de "redistribución de la pobreza y reconcentración de la riqueza". Robin Hood le sacaba a los ricos para darle a los pobres. Su variante perversa Hood Ro-bin, encarnada en Argentina con el menen-cavallismo, le saca a los pobres para darle a los ricos. Y a su vez el actual "modelo" kirchnerista, como un imaginativo Binro Dooh, le saca a los pobres para dárselo a otros pobres; y le saca a algunos ricos para dárselo a otros más ricos. De esa manera indudablemente que resultará imposible alcanzar la redistribución de la riqueza. Y menos aún la inclusión social, frente al desolador pano-rama social que dejó el menem-cavallismo, el delarruismo, y el duhaldismo, tras los gravísimos errores y defecciones en que incurrió previamente el alfonsinismo. Uno de los más atroces inventos del menen-cavallismo fue la "solidaridad previsional". Consistente en decirle a los jubilados del régimen de reparto: "esto es lo que hay, repár-tanseló y arréglense como puedan". Aunque ello estuviera muy lejos de cumplir con el 82 % móvil que fija la ley. A los efectos de desviar así los aportes jubilatorios al régimen de capitalización de las AFJP. Y por su parte el "modelo" kirchnerista ha profundizado esa cínica "solidaridad previsional", cuya esencia consiste en repartir la pobreza. Primero congeló los haberes a los jubilados de mayores ingresos, para transferírselos a los de menores ingresos. Luego con el aumento de la recaudación, persistió en esa polí-tica de "reparto solidario", otorgando masivas jubilaciones a quienes no habían hecho, o no pudieron hacer aportes a lo largo de su vida. A costa del peculio de quienes si lo hab-ían hecho a lo largo de ella; y pese a ello siguen percibiendo haberes muy alejados a lo que establece la ley, y las repetidas sentencias de la Corte Suprema.
Perversamente, buena parte de esas jubilaciones graciables fueron a parar a sectores medios y medio altos de la población, incluido una maraña de tramitadores de esos 13
mismos estratos, en vez de a los sectores rezagados, altamente necesitados de ellas. Como es el caso de las jubilaciones a las ama de casas, a las que solo accedieron quienes contaban con destrezas y relaciones para tramitarlas; y no los sectores excluidos de la sociedad, excluidos también de esos atributos. Así hoy sobre más de seis millones de jubilados, solo tres millones de ellos han cumplido legalmente con los aportes a lo largo de su vida. El kirchnerismo también triplico las pensiones a los ex combatientes de Malvinas. Que de esta manera pasaron a percibir un haber jubilatorio tres veces superior a la de la gran mayoría de jubilados que aportaron a lo largo de su vida. La contención a dichos ex combatientes que todavía aún no han llegado a la edad de jubilarse, indudablemente que era necesaria, pero no en base al peculio de quienes ahora en la tercera edad, libran una dura lucha por su subsistencia. Luego, en el marco de la crisis internacional del 2008, el kirchnerismo manoteó la enorme caja de las AFJP. A las que en el 2004 les había garantizado su continuidad, en el marco de las tortuosas y opacas negociaciones por el arreglo de la deuda en default. Pero lejos de usar esos fondos para restañar la situación de los jubilados, los empleó para pagar la deuda pública; financiar a industrias multinacionales en apuros, como la GM; y costear grandes negociados relacionados con la energía y el Banco Hipotecario. A partir del 2010, esas distintas capas de jubilados, son los sufragan "solidariamente" la AUH (Asignación Universal por hijo) destinado a la niñez carenciada, que alcanza casi al 60 % de los niños del país. Medida que en base a otras fuentes de financiamiento, era requerida desde lustros atrás por sectores de la oposición. Y que el "modelo" kirchneris-ta recién implementó, con un decreto de necesidad y urgencia, tras perder las elecciones del 2009. Evitó la sanción de una ley, por tres razones, a cual más mezquina. Una por razones pro-selitistas, para arrogarse el merito político de ideas ajenas. La otra, porque de esa mane-ra evitó que el Congreso cambiara la fuente de financiamiento. Y la tercera, porque de esa manera la administración central se quedó con los montos correspondientes a los planes de jefes y jefas de hogar y familias, etc, que simultáneamente fueron cancelados, y representaban un monto equivalente al destinado a la AUH. El kirchnerismo se mandó así la "gran Kirchner" en su modelo de "repartición de la po-breza", propia de la clásica estafa del juego de la tapadita o la mosqueta. Les quitó a los padres pobres, para dárselos a sus hijos pobres; y así a los pobres e indigentes, lo que les llegaba por un lado, les llegó por otro. Y por eso casi nada cambió en sus ingresos y situación. Y además se sacó de encima la mochila de esos pobres, y se la pasó limpia-mente a los jubilados pobres del ANSES. Esta masa de jubilados, con los haberes que no cobra y debería cobrar, es también la que costea actualmente el programa "solidario", de distribución de notebooks en las escuelas públicas, a los efectos de mejorar la alicaída educación pública. En ese marco de "solidaridad" forzosa, se explica el veto total que efectuó recientemente el kirchne-rismo a ley del 82 % móvil para los jubilados, que obstaba a la continuidad de ese ab-surdo esquema, de "redistribución o socialización de la pobreza", armado en base a los fondos de la ANSES. 14
Esto ha hecho que actualmente ese organismo enfrente un pasivo litigioso estimado en más de 50 mil millones de pesos, proveniente de más de casi 500 mil demandas judicia-les. Pese a que ellas fueron iniciadas solo por el 10 % de los jubilados que cumplieron con sus aportes, para ver luego malbaratadas su jubilación. Razón por la que el pasivo contingente del ANSES podría llegar a ser hasta diez veces superior.

1 comentario:

  1. Me gustaría saber cómo logran parecerse la política económica proteccionista a la política económica liberal.

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