Antes de las elecciones las encuestas reales mostraban que Cristina Kirchner apenas superaba del 30% del “padrón electoral”.
Esto coincide con el recuento total de los votos, que muestra que Cristina Kirchner sacó el 32,74% de los votos sobre el total del padrón.
¿Cómo? ¿Puede ganarse una elección en primera vuelta con sólo el 32,74% de los votos?
¿No debería haber habido segunda vuelta?
¿No dijeron todos los medios que CFK sacó el 45% de los votos y por tanto no necesitaba segunda vuelta?
¿Quién miente?
Nadie miente. Cristina sacó el 32,74% de los votos del padrón, pero (dado que mucha gente no votó) este 32,74 equivale al 45% del total de votos válidos emitidos y alcanzó para no ir a una segunda vuelta.
¿En qué consistió el fraude?
En impedir que la mayor cantidad de gente votase, quisiese o pudiese votar (especialmente en los barrios y localidades esquivos al voto K).
Si votaba el 100 % de las personas, Kirchner no alcanzaba siquiera el 40%.
Si votaba el 90%, tampoco.
Si votaba el 85%, tampoco.
Con el 82%, tampoco.
En todos estos casos habría habido segunda vuelta, donde el kirchnerismo habría perdido.
Con el 32,74% de los votos que sacó K, era necesario que votase menos del 82% del padrón para alcanzar el 40% de los votos válidamente emitidos que requiere la ley...
Una explicación sencilla:
Si votan 10 personas, se necesitan 4 para alcanzar el 40%.
Pero si en vez de 10 personas sólo votan 7, se necesitan sólo 3 personas para lograr el 40% de los votos (válidos emitidos) necesarios para evitar la segunda vuelta.
En lograr este objetivo se concentró toda la estrategia de fraude del gobierno:
Para que en vez del 82/85% del padrón, como se esperaba, votara sólo el 72,75% de los ciudadanos habilitados, como terminó ocurriendo, era necesario desalentar a una de cada 10 personas...
Era necesario que una de cada 10 personas se volviera después de esperar dos horas a que habilitaran la mesa (como ocurrió), o decidiera votar en blanco porque no había encontrado su voto (como ocurrió), o decidiera irse a casa a las 18 horas cuando había 3 cuadras de cola esperando votar y los medios anunciaban que K había ganado.
Objetivo que no es tan difícil de lograr si se cuenta con los recursos y la malicia suficientes...
Y a ese objetivo se dirigieron todos los recursos del Estado, para gestar este fraude electoral donde una persona ganó en primera vuelta con sólo el 32,75% de los votos del padrón electoral.
¿Cuáles fueron las acciones más evidentes del fraude?
1. Robo y destrucción de votos de los opositores
Esto logró que mucha gente se fuera sin votar o votara en blanco. Carrió y R. Saá fueron los más afectados.
2. Voto de desaparecidos y muertos
Como nunca en la historia. Nunca se investigó.
3. Personas que votaron por otras
Se cuentan por miles las denuncias de ciudadanos que, cuando iban a votar, encontraban que ya habían votado por ellas. Como va a volver a ocurrir con el cambio de documentos que con facilidad se expiden sin pedir siquiera partida de nacimiento.
4. Maniobras con los documentos
Mientras no se entregaban documentos a quien hacía el trámite, como corresponde, en todos los municipios del conurbano personeros del gobierno entregaban documentos a mansalva a la tropa fiel. (Ejemplo: Fernando Gray, segundo de Alicia Kirchner, candidato del kirchnerismo en Esteban Echeverría, entregó -según su propias palabras y publicidad- más de 4.000 documentos gratis, siendo un funcionario del Ministerio de Desarrollo Social que nada tiene que ver con los organismos encargados de los documentos -Ministerio del Interior-).
Gray, un desconocido en Esteban Echeverría, ganó la Intendencia.
5. Cartas mal enviadas a los Presidentes de mesa dos días antes de las elecciones
La mayoría de las cartas vino de vuelta, como es de público conocimiento. De esta manera, la Presidencia de las mesas fue copada por reconocidos kirchneristas que desde temprano ocupaban alguno de los primeros lugares en la fila (cuando faltan los presidentes se ofrece a alguno de los primeros en votar).
6. Atraso en la apertura de las mesas
En muchísimos lugares la urna fue entregada a las 9:30 o 10 hs. por el correo dependiente del Ministerio del Interior. Se comenzó a votar dos horas más tarde mínimo.
Con esto, la gente se retiraba sin votar. Menos la tropa fiel y clientelizada, que es llevada y traída en remises, colectivos, en general temprano y de cuyo voto (sellado) depende la dádiva o el plan.
Antes las urnas las entregaba el ejército. Esta vez, el correo oficial dependiente de Aníbal Fernandez. ¿Casualidad? Sabemos que el correo estatal K siempre entrega tarde.
7. Atraso en el cierre (más gente que se retiraba sin votar)
Todos fuimos testigos de colas de 2 ó 3 cuadras a las 18/19 horas, cuando todos los medios anunciaban “Cristina Presidente” (Mucha gente se volvía sin votar).
A las 23 horas no se había terminado de votar aún en Esteban Echeverría y hubiera seguido hasta la madrugada si no hubiera sido porque la gente se retiraba sin votar.
8. “Jefes de escuela”
En muchas escuelas del conurbano, especialmente las de barrios perisféricos, constituye un clásico electoral la presencia de personas intimidantes que se presentan como los “Jefes de Escuela” a cargo de la organización del escrutinio con documentación apócrifa e ilegal que los avala.
Estos matones hacen y deshacen a su antojo con la complicidad de fiscales oficialistas y el temor y desconocimiento del resto. Permiten votar a quien no corresponde, impugnan votos, definen autoridades, emiten dictámenes orales ante cualquier duda o conflicto (como si fueran la CSJN) etc., etc., etc.
Cuando en las elecciones del 2009 un grupo de ciudadanos concurrió a colaborar con la oposición en el Partido de La Matanza a sabiendas de esta práctica logró impedir en muchos lugares que estas bandas operaran y (¡oh casualidad!) La Matanza dejó de ser el lugar donde históricamente el peronismo oficialista sacaba más votos, pasando al noveno lugar.
9. Voto de personas no empadronadas
Ante la ausencia o descuido de fiscales de la oposición (ej. para ir al baño) votan personas no empadronadas. Esto no se sabe hasta el final del sufragio, cuando el padrón no coincide con los votos sufragados. Rara vez la urna es impugnada, debido al desconocimiento, las ganas de todos de irse a su casa, el amedrentamiento generado por los “jefes de escuela” y la poca propensión de los argentinos a quedar involucrados en un supuesto problema legal (que los jefes de escuela magnifican).
Todos firman el acta dando por válidos los números finales.
10. Y, por supuesto, la posibilidad de votar que se les dio a los presos (¿por quién van a hacerlo?)
En el país de Kirchner los presos pueden votar. Los policías y militares no.
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