Por más que insistió en intentarlo, la tristeza del oficialismo por el resultado de ayer fue ineludible. No solo no se esperaba que Mauricio Macri resultara receptor de semejante cantidad de votos, sino que tampoco se preveía que Daniel Filmus tendría una performance tan paupérrima. En tal sentido, la lectura que hicieron los seguidores macristas ayer era líneal: el 70% de la gente votó contra el Gobierno nacional.
Es así? ¿Los votos que recibió Filmus son los que recibirá Cristina en octubre? Por lo que dicen algunas de las encuestadoras contratadas por el oficialismo, esto no sería tan acertado y Cristina tendría mayor intención de voto que Filmus/Tomada en Capital Federal.
Sin embargo, no puede evitarse recordar que esas mismas empresas de medición de opinión pública auguraron que la diferencia entre Macri y Filmus no superaba en el mejor de los casos el 8%. Uno de los que más arengó a ese respecto ha sido el ex pizzero Artemio López, titular de consultora Equis, quien jura a quien quiera oírlo que Cristina Kirchner supera el 40% de intención de voto a nivel nacional. Luego de lo ocurrido ayer, ¿puede insistirse con ese axioma
La cuestión se vuelve más incómoda aún para el oficialismo si se tiene en cuenta que en dos provincias clave como Santa Fe y Córdoba no les será tan sencillo a los candidatos del kirchnerismo imponerse en las preferencias electorales.
En la primera provincia, Giustiniani logra preferencias que rozan el 50%, mientras que Agustín Rossi araña el 30%. Al mismo tiempo, la imagen negativa del candidato oficial no para de crecer, llegando según la última encuesta de Poliarquía —una de las poquísimas firmas serias— a un rechazo del 35%.
En el caso de Córdoba, quien parece liderar hoy las preferencias es José Manuel de la Sota con poco más de 33% de intención de voto; detrás de él se sitúa la figura de Luis Juez. Hay que recordar que De la Sota rompió lanzas con la Casa Rosada luego de que intentaran imponerle a su compañero de fórmula, algo similar a lo ocurrido con el pampeano Carlos Verna.
Frente al escenario descripto, ¿puede insistirse con que Cristina Kirchner es imbatible? En realidad, parte de ese mito está relacionado con la dispersión que ha mostrado la oposición en los últimos meses, refrendada a través de gestos de ambición personal y pocos deseos de unirse en un proyecto común inter-fuerzas.
Sin embargo, algo ha empezado a cambiar en las últimas semanas, especialmente después de que la Presidenta de la Nación intentara imponer a ciertos candidatos de cara a las elecciones venideras.
Por caso, en estas horas el mencionado De la Sota ha iniciado conversaciones para hacer alianza con sectores del justicialismo con los que estuvo enfrentado hasta ahora. De esa manera, potenciaría la intención de voto y podría llegar a estirarla 10 puntos por sobre el 33% que ostenta hoy.
En sentido similar, Eduardo Duhalde ha comenzado a mantener reuniones reservadas con algunos de los más poderosos intendentes del conurbano bonaerense, como Hugo Curto de 3 de Febrero, —con quien en realidad jamás dejó de hablar—, Raúl Otacehe de Merlo y Martín Insaurralde, de Lomas de Zamora. Bajo el fantasma de que el kirchnerismo intentará imponer candidatos en todas las boletas bonaerenses —en algunos casos ya lo ha hecho—, Duhalde logró hacerse escuchar y muchos jugarán, al igual que en 2009, a acompañar al oficialismo mientras hacen campaña para sí mismos. Se prevé desde esta misma columna certeros cortes de boleta, entre otras picardías.
En fin, como puede verse no le será tan sencillo al kirchnerismo sostener su proyecto reeleccionario. A ello debe sumarse que aún quedan más de tres meses para las elecciones presidenciales y que la tendencia oficial va en baja, leve pero sostenidamente.
De acá a esa fecha, cualquier cosa puede pasar. Para entenderlo, basta recordar lo que pasó en 2009 con Francisco De Narváez: en marzo de 2009 pocos lo conocían; en junio, le ganó al todopoderoso Néstor Kirchner.
¿Habrá un De Narváez en estas elecciones? Imposible predecirlo aún, pero todo puede ocurrir. Lo dijo una vez un ex ministro poderosísimo a periodistas de este medio: "En la Argentina, cualquier cosa es posible, hasta la más alocada".
En octubre, esa frase puede volver a hacerse carne. No es poco.
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