sábado, 9 de julio de 2011

Se multiplican los riesgos electorales para el kirchnerismo


La muerte de Néstor Kirchner produjo un click en la sociedad. En momentos en que la economía se reactivaba después una recesión, la sanción de las leyes de medios audiovisuales y de matrimonio igualitario acercaron un importante sector de la juventud al velorio del ex presidente, evocándolo como si se tratara de San Martín. Así arrancó el veloz ascenso de la popularidad de CFK. Ahora parece estar produciéndose un proceso inverso. Se registra una multiplicidad de factores que opacan la imagen presidencial. Para empezar, el profundo estallido del caso Schoklender-Bonafini. Luego hay que computar la asociación cada vez más ostentosa de Cristina con Don Julio Grondona y el clima de malhumor social por el descenso de River, el hasta ahora fracaso del seleccionado local, la caída del consumo, las cenizas que impiden los vuelos y que afectaron las vacaciones invernales en todo el país. Y también está la falta de nafta en casi todas las provincias. Esto último demuestra en forma palpable el fracaso de la política energética del kirchnerismo, que no alcanza a cubrir las necesidades mínimas que sólo se suplen parcialmente con las importaciones desde el exterior. Este cuadro está generando un clima de disgusto, que mañana afloraría con un triunfo cómodo de Mauricio Macri contra un Daniel Filmus al que le cuesta llegar al 30%. Un guarismo que habla a las claras de que la presidente se aleja del 40%.
Secuencia de derrotas
Por otra parte, la decisión de la Oficina Anticorrupción, que permite que CFK demore su declaración jurada hasta después de octubre, demuestra que la suma ganada por la presidente iba a escandalizar a toda la sociedad. Se trata de un nuevo factor que ayuda a Macri. Éste probablemente quede muy cerca del 50% que lo haría ganar en primera vuelta, repitiendo una cifra parecida a la del 2007, esto es, el 46,7%. Esto preanunciaría, como aquella vez, otro 60% para la segunda vuelta, o sea, un triunfo demoledor del ex presidente de Boca, que puede ser el primero en anotarse para las presidenciales del 2015.
Al mismo tiempo, De la Sota amplió su ventaja al pelearse con CFK, cuya intención de voto bajó en Córdoba al igual que en Santa Fe, donde Miguel del Sel avanza fuertemente en las encuestas a expensas sobre todo de Agustín Rossi. El enfrentamiento de la presidente con Moyano tiene, por otra parte, un final abierto y es, desde ya, un problema casi insoluble. En este contexto, el amesetamiento de Ricardo Alfonsín en las últimas semanas y la mala racha del kirchnerismo, contribuyen al crecimiento de Eduardo Duhalde, sobre todo en los cuatro grandes distritos (Buenos Aires, Capital, Santa Fe y Córdoba). Duhalde se presenta como el único que puede controlar a Moyano y espera, naturalmente, que después de ganar su reelección Macri haga un gesto en su favor

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