Hasta donde se sabe Canal 9 de Buenos Aires es operado por una empresa privada, la legendaria Telerarte SA creada por Alejandro Romay hoy supuestamente controlada por el empresario mexicano Remigio Ángel González González. En la carta pública disponible su página web (a propósito, un buen aporte de la ley de medios), figuran como principales directores Carlos Lorefice Lynch, un abogado de 35 años (presidente); el propio González González, el guatemalteco José F. Villanueva Carrera y el abogado Santiago Lynch, de 32 años, como directores. El empresario mexicano, que en 2008 “emprolijó” sus propiedades en medios bajo el paraguas latinoamericano de Albavisión, también es dueño en Argentina de FM Aspen (algo que pocos saben) desde 2010.
No obstante, por las razones que se explican a continuación Canal 9 podría haber dejado de ser una emisora privada en los términos en los que eso significó siempre en la jerga de la industria. En otras palabras, o se estatizó de hecho, o se transfirió a terceros sin la debida comunicación pública o sus dueños actuales, voluntaria o involuntariamente, dejaron las decisiones sobre la gestión de la empresa a funcionarios o militantes de la administración Kirchner.
Hace ya algunos meses el periodista Jorge Lanata lo dijo en su programa (que ya no está en el aire) y lo comentamos aquí. Ahora hay más datos y el Gobierno ya no logra disimularlo.
1) Abundante pauta oficial.- Durante 2010, Cabal 9 recibió –según un seguimiento privado- el 67% de toda la pauta oficial en la televisión abierta de Buenos Aires. La información (confusa y desordenada) revelada luego por la Jefatura de Gabiente daría una cifra algo menor sólo para Telearte sin contar las productoras que trabajan para la emisora, como Pensado para Televisión (PPT) que no aparece en el listado oficial aunque está empíricamente confirmado que recibió abundante publicidad de la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses), no menos de $ 20 millones. GP Media, productora contratada por Canal 9 para la realización del programa de Víctor Hugo Morales (y que también tiene dos programas en América TV), recibió alrededor de $ 1,3 millones. En total, la emisora que hizo famosa Alejandro Romay recibió no menos de $ 72 millones.
2) Con gerente propio.- Desde 2009, entre los principales gerentes de la emisora revista Luis Ricado Palacio, interventor del desaparecido Sistema Nacional de Medios Públicos (hoy Radio y Televisión Argentina) durante la gestión del fallecido Néstor Kirchner. Si a González González lo apodan el fantasma por su bajo perfil, Palacio podría ser tranquilamente “Gasparín, el fantasma amistoso”. Según contó Lanata, en manos de Palacio están los contenidos periodísticos (Telenueve) de la emisora y algo también tendría que ver con la centralidad en la programación de los envíos de PPT. Una vez (cuando todavía me respondía directamente) le pregunté a Gabriel Mariotto, presidente de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (Afsca), si el Gobierno había intervenido la emisora o si había designado un veedor. Al mejor estilo Felipe Solá, Mariotto se hizo “el boludo” (entiendan mis alumnos que esa palabra está usada aquí en términos estrictamente técnicos), y me dijo “No…, no”. Sin más.
3) Promoción y márketing en cadena.- En las emisiones del Fútbol para Todos, una transmisión que es tomada por numerosos canales de aire y cable de todo el país, relatores y comentaristas promocionan la programación de Canal 9 (como si el fútbol se transmitiera en esa emisora exclusivamente y no en decenas de canales). En los últimos meses, en al menos dos oportunidades, relator y comentarista de los partidos oficiales –por los cuales el Estado paga más de $ 600 millones anuales– invitaron a los televidentes a ver TVR (uno de los envíos de PPT, de Gvirtz), dedicado a parodiar las voces críticas a la gestión Kirchner. Para los observadores atentos, ya no es casual que los equipos más populares, como Boca o River, jueguen los sábados antes de TVR o los domingos antes de Bajada de Línea (el programa de Víctor Hugo Morales) con la consecuente “transferencia” de rating.
4) Programación estatal para cumplir un poco la ley.- Canal 9 es el que más lejos está de cumplir con la nueva ley de medios respecto de las cuotas de contenido nacional porque hasta ahora su programación consistía básicamente en la retransmisión de telenovelas colombianas y mexicanas (actualmente tiene en pantalla cinco telenovelas extranjeras, cuatro en la primera tarde y una en el prime time). La programación del fin de semana es directamente retro, 50% norteamericana, 50% mexicana: Chespirito, Chapulín Colorado, El Chavo, Brigada A, CSI…. También en este aspecto, en su auxilio llegó el Estado nacional que mediante esa señal repetirá cuatro horas de la programación de Paka-Paka, el canal infantil del Ministerio de Educación. Con eso, Canal 9 cumplirá con la cuota de programación infantil que llevó a Canal 13 a poner en pantalla Hijitus y Piñón Fijo. Sería importante conocer cuánto paga Canal 9, ¿una emisora privada?, al Estado por ese contenido y por qué uno de los cuatro canales privados más importantes del país no produce ni adquiere a terceras productoras contenidos infantiles propios.
5) Telenueve, el noticiero de las notas de color y la información internacional.- El contenido de los noticieros es moderadamente afín al gobierno, con escasa participación de voces opositores y alto contenido de información internacional (muchos temas que en general no lleva ningún otro noticiero, ni siquiera el del estatal Canal 7) y de las llamadas notas “de color”. Desde octubre de 2010, el tratamiento de las noticias incluyeron la mudanza de periodistas que revistaban en canal 7, como Fernando Alonso que pasó de conducir Vision 7 de la medianoche al mismo horario pero en Canal 9, con Telenueve Tercera Edición. En toda la programación del canal hay un solo envío periodístico, Bajada de Línea, conducido por Víctor Hugo Morales. Morales se enojó mucho cuando en enero pasado se vinculó su programa a la masiva inversión de pauta estatal en esa emisora. En sus sucesivos descargos, que pasaron de la defensa al ataque, sugirió que por esa participación estaría recibiendo 200.000 pesos, “mucho menos de lo que otros periodistas reciben en prevendas”.
6) Canal 7 y Canal 9, con una misma antena de transmisión.- Hasta aquí, estas razones podrían ser consideradas “blandas” o discutibles. Por eso es especialmente relevante el hecho de que desde hace pocas semanas, Canal 7 y Canal 9 renovaron simultáneamente sus equipos transmisores analógicos y empezaron a compartir una misma antena en el legendario edificio del ministerio de Desarrollo Social. Canal 9 también fue el primer canal abierto privado en subirse a la nueva televisión digital terrestre en la plataforma estatal (que también transmite desde el legendario edificio de la 9 de Julio, que desde agosto lucirá el rostro de evita en sus fachadas norte y sur). Actualmente, transmite tres señales, una de calidad estándar, otra de alta definición y una tercera One Seg, que puede recibirse en los teléfonos celulares que tengan el receptor incorporado.
Por sí sola, ninguna de estas razones confirma nada, pero la acumulación de estos hechos y la cerrazón a la información pública que hay tanto en Canal 9 (su área de prensa se limita a informar de tanto en tanto los cambios en la programación) como en Afsca, inducen a pensar que, al menos, “algo hay”. La página web de Canal 9 está en construcción desde que llegó el empresario mexicano a la emisora.
¿Por qué González González se prestaría a un juego como este? Habría que preguntarle a él, pero algo me dice que no está disponible para responder y que si llegara a estarlo, difícilmente responda. Algunas posibilidades que podrían elucubrarse.
Una, que Diego Gvirtz ya compró el canal, como especuló Rodolfo Barros en diario Perfil. Mariotto, presidente de Afsca, tiene trato frecuente con el productor Diego Gvirtz, responsable del programa 678 (Canal 7) y de dos envíos similares que se transmiten por Canal 9 (Duro de Domar y TVR). Y si no miren la foto que publicó Perfil en varias oportunidades.
Dos, que la licencia de Canal 9 figuraría todavía a nombre de Telefónica de España, uno de los dueños anteriores (hay que aclarar que ya la ley anterior impedía transferir licencias) en 1998 cuando adquirió la emisora al grupo de medios australiano Prime. El empresario Daniel Hadad, que a su vez recibió la empresa de manos de los españoles nunca tramitó la transferencia de la licencia (o si lo hizo, el ex Comfer no hizo nada) que aún seguiría ilegalmente a nombre de la firma de telecomunicaciones. Esa situación, de ser cierta (como me aseguró un hombre de la industria que trabajó muchos años para uno de los canales líderes) pondría al canal en una situación de extrema precariedad. El año pasado, Marioto me dijo que Canal 9 había “presentado toda la documentación” y que su caso estaba “en estudio”, sin dar más precisiones.
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