Con bajo perfil, el gobierno está acelerando su nuevo armado en dos áreas claves para la campaña electoral: la política de medios y el espionaje. En la primera, el Secretario de Comunicación Social Juan Manuel Abal Medina habría aprobado un ambicioso plan para que el gobierno participe -y controle- una gran cantidad de medios de comunicación no pertenecientes a multimedios. En la gestión anterior de Alfredo Scoccimarro y bajo las directivas de Aníbal Fernández, la Secretaría de Medios funcionó sobre todo pactando con los medios la difusión los contenidos que le interesaban al gobierno, negociando discrecionalmente la pauta publicitaria. Con la nueva impronta camporista, el cambio consistiría en pasar a controlar directamente una importante cantidad de medios en los próximos meses. Para esta ambiciosa operación, Abal Medina cuenta en su equipo con los hermanos Lucas y Facundo Nejansky. El primero se ocupa de la parte legal y el segundo de los aspectos contables de la nueva operación, que es coordinada por una de las directoras de la Secretaría, Luisa Misasy. Ella es una especialista que antes asesoró -durante la presidencia de Néstor Kirchner- a Enrique Albistur sobre cómo armar una red de periodistas monotributistas que habrían tributado a la caja política el 50% de las sumas que recibían en concepto de órdenes de publicidad oficial.
Los hombres de Abal Medina ya tienen sus carpetas terminadas pero chocaron recientemente con el presidente de la AFSCA (Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual), Gabriel Mariotto. La advertencia de Mariotto a Abal Medina habría sido cortante: “no me vengan con emisoras truchas porque no los voy a bancar”, le habría dicho. La actual pulcritud de Mariotto tendría una explicación electoral. Su excelente relación con la presidente le hace pensar que hasta puede ser su compañero de fórmula o, en último caso, el delegado del kirchnerismo que Daniel Scioli debería digerir como candidato a vicegobernador.
Espías castrenses
Mientras Abal Medina apunta a darle a la candidatura de CFK el sustento de una nueva red de medios comprados, en el campo del espionaje también el kirchnerismo impulsa nuevas iniciativas. La más notable sería la creación de una nueva central de espionaje informático y escuchas telefónicas organizada por el Director General de Inteligencia del Ejército, César Santos Gerardo Milani, que sigue respondiendo a Nilda Garré. La razón de este emprendimiento es que la presidente desconfiaría cada vez más del hombre fuerte de la SI (ex SIDE), el Subsecretario de Inteligencia Interior Francisco Larcher, que era de la más estrecha confianza de Kirchner. Tal vez entonces, para controlar la información de la SI en la etapa electoral, es que Milani se dispone a hacer inteligencia interior en gran escala, sin mayores temores a que la oposición lo denuncie, ya que este tipo de actividades, al margen del espionaje, les están prohibidas a las fuerzas armadas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario