Si Garré fracasa, puede llevarse puesta a CFK
La anarquía desde el poder
La diferencia con el pasado es que esta protección se ha oficializado con la designación de Garré y las ideas anarquistas de Horacio Verbitsky, que además quiere vaciar las cárceles de presos, como señala su maestro Michael Foucalt, también maestro de Eugenio Zaffaroni. Éste visitó en la cárcel a Roberto Marino, quien había atentado violentamente contra la Embajada de Israel en un acto de neto carácter antisemita. Además, es conocida la clara posición antiisraelí de Verbitsky, un judío renegado.
Garré vive, a todo esto, en el pasaje Virasoro, en una casa enrejada y con custodia de la Gendarmería, que ahora puede perder su rol en la lucha contra el narcotráfico para convertirse en fuerza interna de protección de los violentos, delincuentes sociales y comunes. Parece olvidar el gobierno que los narcotraficantes utilizan a los okupas para crear un Estado dentro del Estado. Esto ocurre en Brasil, donde el presidente Lula le ha dado un golpe demoledor al narcotráfico gracias, en parte, al apoyo del Ejército y la Marina a las fuerzas de seguridad. El contraste con nuestro país es notable. Acá primero se destruyeron las Fuerzas Armadas y ahora les toca a la Policía Federal, la Prefectura y la Gendarmería, retirándoselas de la lucha contra el narcotráfico para proteger a los violentos de la ira justificada de la gente común.
El fracaso de este engendro parece seguro. Cuando esto ocurra, en su obsesión por el poder y por el dinero, y también por obstinación y orgullo, es probable que CFK la eche a Garré e intente dar un giro copernicano dando la orden de reprimir para evitar la caída del gobierno. Pero en ese caso la situación podría ser ya muy grave y quedar, por la represión, un tendal de muertos. De ser así, la presidente podría arrimarse a su ocaso definitivo.
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