El miércoles de la semana anterior, un numeroso e impreciso grupo de personas cortó la Ruta Nacional n° 8 en el tramo en que ésta bordea la ciudad bonaerense de Pergamino. La Policía provincial tuvo y cumplió la orden de custodiarlo e impedir que tomaran contacto con los enojados conductores que viajaban hacia y desde la Capital Federal. Sin mayores explicaciones sólo se les informó que se producía un “reclamo social” y que se deseaba impedir que éste derivara en situaciones de violencia. Algunos viajeros optaron por volverse, otros, conocedores del lugar, entendieron las explicaciones que se les dieron para tomar caminos de tierra y alternativa y finalmente, los más pragmáticos decidieron tomar habitaciones y descansar en alguno de los hoteles que funcionan en la importante ciudad, centro comercial de la intensa actividad agropecuaria en una de las mejores zonas productivas de la Argentina.
Curioso, uno de estos viajeros se acercó más tarde -ya avanzada la noche- hacia el grupo de piqueteros con quienes pudo conversar y descubrió que se autotitulaban los “Sin Tierra de la Argentina”. Cuando los interrogó acerca de su origen, descubrió, no sin asombro, que la mayoría o la totalidad de éstos manifestaban que habían encendido sus consabidas fogatas, no eran de lugar y provenían de alejadas provincias, donde los habían contratado para hacer la tarea de protestadores oficiales. Llegaron en colectivos especialmente fletados y tenían previsto dirigirse hacia otros lugares que ignoraban. Palabras más, palabras menos, lo más sorprendente vino después: la mayoría eran extranjeros. Llegaron desde Bolivia, Paraguay e incluso desde el Perú y el Brasil, país este último que había provisto dirigentes especializados en la materia. Divertidos, hombres y mujeres -además de algunos niños contratados en el lugar para las correspondientes fotografías- conversaban sonrientes y seguros, con sus carteles desplegados y les señalaban a sus interlocutores de ocasión que eran “trabajadores con vocación por la agricultura”. Algunos jóvenes argentinos con más aspecto de universitarios que de trabajadores ruralistas, llevaban la voz cantante y ofrecían antiguos argumentos en favor de sus reclamos. Avanzada la madrugada, cansados, alzaron sus cacerolas, plegaron sus pertenencias, subieron en los escasos y anónimos ómnibus en que viajaban y partieron hacia lugares desconocidos a pedir tierras argentinas o simplemente cobrar por su trabajo, disolverse hacia sus lugares de origen y mantenerse disponibles para otra “manifestación social”.
Lo curioso de todo esto es que ya por la mañana la ruta fue liberada como si nada hubiese sucedido. Sólo quedó localizado el mensaje de sus “necesidades sociales” pero ninguna línea fue publicada por medio periodístico alguno. La explicación, sencilla, sostuvo que, con tantos cortes que se producen a diario y en cualquier lugar, el corte de una importante ruta nacional fue sólo un hecho más en medio del caos anárquico y lo que importó, como parte de una táctica de moderada propaganda, fue dejar un mensaje localizado que con el correr de los días crecería gracias al “boca a boca”, que luego se sumaría a otro suceso similar hasta promover, generalizada, la inquietud que se busca.
Podríamos extendernos en mayores consideraciones técnicas acerca de la propaganda, la ya conocida creación del grupo “CANPO” (con ene, como lo destacamos semanas atrás) que será un sello oficialista -morenista, más precisamente- que pretenderá expresar el pensamiento de productores para enfrentarlos con los genuinos (preferentemente a palos) y así, avanzar en un proceso disociador que forma parte de un proyecto mayor que presuntamente crecerá a medida que se aproxime la fecha del proceso electoral.
Éste es el fondo del problema y uno de los caminos posibles de quienes están interesados en no perder el poder. ¿Sabe Cristina de éstas cosas que están en preparación? ¿Conoce como entronca este asunto que brevemente hemos descripto con los planes y amenazas de otras organizaciones ya conocidas que se expresan con sus amenazas contenidas “para más adelante”...? Las preguntas son válidas, habida cuenta que tal como lo anunciamos hace varias semanas, toma cuerpo la idea de que finalmente las negociaciones entabladas por el embajador en España Carlos Bettini -ahora en Buenos Aires- para organizar una negociada retirada kirchnerista del escenario, parece que llega a su término. Al menos, los primeros pasos se han dado: versiones lanzadas desde el sector menos “progresista” destacan el mal estado de salud de Cristina Fernández de Kirchner; no hablan de la suspensión definitiva de la candidatura presidencial, pues eso no hace falta. Las especulaciones circulan cada vez con más fuerza junto con la curiosidad de saber qué camino seguirán los “viejos idealistas” para enquistarse en sus cómodos sillones oficialistas y sobre todo, qué esperan organizar con los grupos activistas que se mantienen en un relativo silencio respecto de eventuales acciones de violencia favorecidas por el manoseo que se hace de la Policía para restarle fuerza y desplazarla, como se hizo con otros sectores indispensables del Estado. Curiosamente y en coincidencia con estos breves indicios, el kirchnerismo avanza con la transgresión de leyes y socavamiento de las instituciones, con la consiguiente irritación de los sectores afectados. Hace unas horas, la desprestigiada justicia condenó a cadena perpetua al prestigioso comisario Luis Patti, Diputado Nacional gracias a una alianza con el PRO al que le arrimó medio millón de votos, sin que este partido político, que podrá ejercer un rol importante en el corto plazo, haya movido un dedo en defensa de su aliado vuelto a juzgar pese a que la ley lo prohíbe. Algún día, cosas como éstas cosas se pagan; así lo aprenderán los seguidores de Macri en la provincia de Buenos Aires.
Esto forma parte de un damero complicado y movido. Ya no se trata de aliarse con Eduardo Alberto Duhalde que sigue su marcha ascendente en la interna del Partido Federal, sino en la posibilidad de que el cuadro de situación se altere con la reaparición de candidaturas que podrían alterar sensiblemente el cuadro de situación. Antes o concurrentemente quedaría pendiente el anuncio de la desaparición de Cristina como candidata por atendibles razones de salud, anuncio que será seguido por una lucha a brazo partido por una sucesión viable en votos y representatividad de intereses. ¿Aspirará el salteño Urtubey hacer valer su aplastante triunfo en Salta, donde los Conservadores Populares lograron tres bancas y posiblemente una cuarta y una Intendencia? Está por verse pero es obvio que su papel político ya tiene otro peso y le permite otros objetivos interesantes. Pasemos entonces a otros nombres: Cobos, ¿está al tanto de lo que sucede y fue eso lo que lo impulsó a levantar su candidatura dentro del radicalismo para atender un próximo desempeño a partir de su legítimo aunque corto reemplazo de una presidente renunciante...? ¿Qué harán los insólitos izquierdistas desesperados por salvarse de ir a la cárcel? ¿Y Hugo Moyano, el furúnculo político que oscila entre una posición y otra pero siempre con miras a adquirir mayor poder...? Moyano no es izquierdista y así lo confirma su pasado; simplemente es un populista decidido a todo y por lo tanto, impredecible e imprevisible aunque esto sea relativo... Entonces... ¿Cobos sabe algo que ignoran los demás o simplemente las cosas son así como así...? ¿Se desatará en el kirchnerismo disfrazado de peronista como sucedió en los setenta, una suerte de diáspora signada por “sálvese quien pueda” o habrá enfrentamientos como en los viejos tiempos...? En el sector empresario algo se sabe de este asunto pero por ahora no habrá exteriorizaciones - al menos por algunos días - lo cual forma parte de las conversaciones secretas que se desarrollan a toda hora, incluso en el exterior. Los sectores independientes que buscan la reconciliación y quieren dar una solución definitiva al grave problema de los presos políticos, han resuelto lanzarse al ruedo mediante una oferta ideológica y concreta mediante un agrupamiento llamado “VOTAR UNIDOS” (VOTARUN) que crece acorde con un programa que se acelera y dará a conocer las primeras adhesiones civiles y militares que recibe a diario con el compromiso de ofrecer su respaldo al candidato que se comprometa a cumplir con sus demandas. Saben que en esta elección cada voto tiene un valor significativo y parten de la idea de obtener un piso que oscile entre los dos y tres millones de votos. Todavía en reserva, así lo hablaron con algunos candidatos que resolvieron tomar contacto.
Entre tanto, esta dinámica situación se complica con el aumento ya desbocado del delito común hasta tal punto, que ya amenaza con llevarse por delante a la ministro de Seguridad Nilda Garré. Esta, “distraída” como buena parte de los políticos, desconoce las resoluciones de la Justicia y nada hace para disolver piquetes o desalojar ocupaciones; la AFIP avanza sobre los productores agropecuarios cuando los resultados económicos de su actividad son más necesarios que nunca y pese al cerco con que se la ha rodeado a Cristina, ésta ya sabe que el año próximo será inevitable la aplicación de un ajuste de una severidad insospechable. Si se diera el supuesto remoto de que Cristina todavía estuviera en la Casa Rosada -ya puede pensarse que podrá ser una molestia para estos asesores- sabe -y así lo ha dicho- que la harán responsable del fracaso económico del proyecto inventado por Néstor que ya no sirve para sortear los problemas políticos. Slim, el mexicano considerado como el empresario más rico del mundo y con quien debía encontrarse por muchos motivos durante su suspendido viaje a ese país, así se lo confirmó con la necesaria diplomacia del caso. Concurrentemente, la Presidente sabe que su futuro económico está asegurado pero que es incierto el jurídico (o judicial, si se prefiere) todo lo cual hace girar a la decadente crisis argentina alrededor de lo moral, un factor casi inexistente en la vida nacional. Precisamente, esa ausencia es el motor primario de lo que ocurre, con precisos, expresos y activos nombres y apellidos
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