Cablevisión debería realizar todas las gestiones técnicas y contractuales para sumar a su grilla a Paka Paka e Incaa TV, es cierto. Pero eso es tan cierto como que el Gobierno esconde detrás del pedido por el canal infantil del ministerio de Educación otro interés: instalar CN23 la señal de (buenas) noticias del tándem Szpolski-Garfunkel, totalmente controlada por la usina informativa paraestatal (Dato: al menos el 80% de la facturación de ese grupo mediático proviene de la pauta oficial). Si no, no se comprende mucho la embestida (una más) contra Clarín.
En los últimos días asistimos en Argentina a otra discusión incomprensible: el Gobierno Kirchner acompañó un recurso de amparo en la Justicia para pedir la incorporación en la grilla de Cablevisión de Paka Paka y organizó un festival frente al Ministerio de Educación, al que asistieron numerosos funcionarios. En tanto, Cablevisión salió a explicar por qué la señal infantil no está en su programación.
Cablevisión (grupo Clarín) no es el único sistema de medios que no incluyó esos canales en su grilla. El segundo operador de TV paga de Argentina es DirecTV, con 1,3 millones de hogares conectados y tampoco incluyó Paka Paka en su grilla ni lo hará. ¿Por qué el Gobierno no arremetió ahora contra DirecTV por “censurar” a Paka Paka? Facilísimo, porque ese conglomerado global (que factura el triple que el Grupo Clarín) ya incluyó en su programación a CN23. Los argumentos de DirecTV para descartar la incorporación de Paka Paka e Incaa TV a su grilla son parecidos a los de Cablevisión y están relacionados con la capacidad de transporte de señales de sus respectivos sistemas (para incorporar nuevas hay que dar de baja algunas de las existentes, 1 x 1) y con la existencia de lazos contractuales vigentes. De hecho, para poner CN23 en su grilla, DirecTV dio de baja un cultural argentino histórico Canal (a).
Tampoco es verdad que todos los sistemas de cable del país ya transmitan el canal infantil y el de cine argentino y latinoamericano (Incaa TV, que a mí también me gustaría tener en el televisor) y el único que se resista sea el grupo Clarín. En el interior argentino profundo, una indeterminada cantidad de cableoperadores pymes tampoco baja la señal y por lo tanto no la distribuye entre sus abonados. ¿Qué responden al grupo Clarín? ¿Le tienen miedo? No, ahora que el fútbol es “gratis”, nada que ver. Por una parte, se trata de empresas que tienen varios miles de clientes y están algo atrasadas tecnológicamente. Podrían emitir gustosamente Paka Paka pero para eso tal vez deberían estar completamente en regla para pedir el decodificador oficial, o poder transmitir 40 canales que se vean bien. Personalmente, se de varios casos concretos para protegerlas prefiero no mencionarlas. Por otra parte, hay decenas de cableoperadores (algunos cooperativos) que ya pidieron los decodificadores y aún no los recibieron. ¿Por qué tanto apuro en Buenos Aires y tanta demora en el interior? ¿Dónde es que vota la gente? Ah, eso no tiene nada que ver, claro. Además, ¡los chicos no votan!
Tampoco emite Paka Paka un sistema de TV paga inalámbrico que se expande rápidamente en Capital y Gran Buenos Aires: Antina. Este proveedor, el primero en ofrecer televisión digital, tiene cerca de 70.000 abonados y muchas limitaciones para ampliar la capacidad de transporte (cuya expansión depende de la disponibilidad de espectro radioeléctrico, algo que nunca abunda y que siempre depende de la buena voluntad del gobierno de turno).
Entonces, vamos a los números: en Argentina hay un total de 10,5 millones de hogares; 7,5 millones de los cuales, están conectados a algún sistema de TV paga. De estos últimos, la amplia mayoría no accede a Paka Paka (3,5 millones, de Cablevisión + 1,3, de DirecTV + no menos de 500 mil, del resto). Los que sí incluyeron en su grilla el canal reclamado por los grandes para los chicos, son Telecentro (el único que cumple a rajatabla con la grilla oficial) y Supercanal (aunque no estoy seguro de que esté en todas las -variadísimas- plazas donde opera). Entre ambos suman 1,5 millones de hogares abonados. Unos 600.000 abonados están conectados a otros proveedores de TV: las cooperativas agrupadas en Colsecor, empresas medianas como Gigared (opera en el litoral, quiere hacerlo en Capital pero Macri no la deja) y alguna otra satelital, como INTV (vinculada a la Red Intercable).
¿Todo es culpa de Clarín? Parece que hay más de un culpable, empezando por el propio Estado. Sí, sí, porque si hay tanta resistencia para sumar una señal oficial a la grilla por qué no la hubo con otra señal oficial, que además sigue en la grilla (por suerte): Encuentro. Cuando se incorporó el otro canal educativo del Ministerio de Educación se programó con mucho tiempo de anticipación, se trabajó con todos los proveedores simultáneamente, se fijó un cronograma y finalmente se concretó.
Por otro lado, en la era de Internet tampoco es cierto que Paka Paka esté censurada: con casi 5 millones de hogares conectados a la Web (la amplia mayoría de ellos a la banda ancha), y la señal del ministerio de Educación convenientemente embebida en su sitio web, cualquiera puede stremearla (como dice un alumno mío). Es decir, cualquiera puede ver Paka Paka por Internet. ¿Qué no es lo mismo? Bueno, el estatal Canal 9 (¿qué no es estatal? Vean aquí) emite tres o cuatro horas de Paka Paka cada mañana y el otro estatal, el Canal 7, lo hace por la tarde. En cambio, no pasa lo mismo con Incaa TV, a quienes pregunté por qué no tienen la señal en la web para stremearla (o incluso para ver contenidos a demanda, si total tienen todos los derechos). Lástima, el Gobierno no responde a periodistas que no pueda controlar. Paka Paka también puede verse generosamente en varios segmentos que transmite su canal hermano, Encuentro.
En conclusión, lo que el Gobierno quiere -a mi criterio- es empujar detrás de Paka Paka a CN23, una de las primeras señales en subirse a la plataforma estatal de la TV digital terrestre, cuya audiencia actual es un misterio aún irresuelto, pero de cuyo futuro nadie (ni los más escépticos, dudan). CN23 es una de las seis cadenas de televisión especializadas en noticias (se sumó a TN, Crónica, C5N, Canal 26 y A24, eso sin contar Telesur). Claro, de fondo está la pelea “más grande” por imponer el relato “propio” -que hay que reconocer que el Gobierno Kirchner viene ganando-.
Y finalmente, es un dato clave que sean los grandes los que piden la señal para los chicos (digo, chicos como Alejandro Dolina). En el horario de Encuentro, yo hice la prueba con mi hijo, y no duró mucho la cosa. El chico pidió rápidamente el cambio por alguna de las otras señales infantiles que no andan con tanta vuelta y dedican el 90% de sus programas a la animación. Más vale que anoten este tipo de comentarios maliciosos en el Ministerio de Educación porque si no, cuando Cablevisión, DirecTV y los demás operadores finalmente incluyan ese canal en la grilla y tengamos Paka Paka para todos, puede ocurrir que no la vea nadie. O ¿A alguien le interesa que los chicos vean contenidos en su idioma y con su impronta cultural? A mí, sí. ¿Al gobierno? ¿A las empresas?
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