Cuando Cristina Fernández de Kirchner se murió, llegó a las puertas del cielo para encontrarse con San Pedro. - Bienvenida al paraíso, Cristina – la saludó San Pedro-, lo usual al llegar aquí es hacerte pasar un día en el infierno y otro en el paraíso, luego de ello podrás elegir donde quedarte para toda la eternidad. Ahora comenzaremos por el infierno.
Luego de esta advertencia, San Pedro la acompaña amablemente hasta el ascensor para que ella baje hasta el infierno.
Cuando Cristina llegó al infierno, las puertas del ascensor se abrieron y se encontró ante un moderno y lujoso edificio rodeado de un verde campo de golf, donde estaban jugando sus amigos K todos bien vestidos y muy felices.
Ellos al verla, corrieron para recibirla y saludarla abrazándola muy contentos y le invitaron con un trago refrescante recordando los buenos tiempos en los que se enriquecían a costa del pueblo.
Luego de los saludos, ellos prosiguieron jugando su partido de golf y Cristina pudo irse de shopping durante la tarde y compró toda la última moda de París-New York antes de regresar para cenar.
Por la noche, todos cenaron opíparamente en el Restaurante “Gran Gourmet”, contiguo al Shopping, donde les sirvieron caviar, langosta y cordero patagónico como platos principales.
Luego de los postres, desde un atril llegó a recibirlos el Diablo que luego de darles la bienvenida, los invitó a compartir con él la fiesta de esa noche y descubrieron que era un tipo muy simpático, que los divertía mucho contándoles chistes y bailando con todos rodeado de chicos y chicas jóvenes.
El Diablo le resultó un ser tan encantador a todo el grupo K y se divirtieron tanto con él durante toda esa velada en el infierno, que no se dieron cuenta cuando llegó el amanecer y ya era hora de irse.
- “Nos estamos viendo, gracias por todo” le decían alborozados al Diablo los kirchneristas como despedida con un fuerte apretón de manos mientras iban subiendo por el ascensor.
Cuando le tocó el turno a Cristina y llegó al cielo, San Pedro la estaba esperando para decirle: “Bueno Cristina, ahora es el momento de pasar un día en el cielo”.
Y entrando al cielo, ella pasó el día entero en ese lugar tan tranquilo, saltando de nube en nube, escuchando el coro de ángeles tocar el arpa y cantar, mientras ella se puso a barrer las nubes para no aburrirse.
Al llegar la noche todo estaba en paz en el cielo y Cristina se dispuso a dormir temprano en una cama muy cómoda, ya que ya estaba muy aburrida porque no había encontrado a nadie conocido en todo ese día en el cielo.
Por la mañana temprano, San Pedro llegó a buscarla para decirle: – Cristina, ya has pasado un día en el infierno y otro en el paraíso, ahora debes elegir donde quieres pasar tu eternidad. Cristina reflexionó un momento y luego le respondió decidida: -”Bueno, la jornada en el paraíso ha sido descansada, pero creo que la he pasado mejor en el infierno, así que definitivamente elijo el infierno”.
Al escuchar su decisión, San Pedro en un gesto amable, la acompañó hasta el ascensor para despedirla mientras ella bajaba otra vez al el infierno.
Cuando se abrieron las puertas del ascensor, se sorprendió al encontrarse en medio de un calor abrasador divisando una tierra árida y desierta cubierta de bosta y de todo tipo de desperdicios regados por todos lados.
Horrorizada, encontró a todos sus amigos K que estaban muy tristes vestidos con harapos arrastrando unos carritos, mientras iban recogiendo desperdicios del suelo y los metían en bolsas negras de plástico para poder comer.
Ella intentó volver al ascensor, pero el Diablo la alcanzó velozmente y le puso un brazo en el cuello. - No… entiendo… balbuceaba Cristina desesperada- …ayer estuve aquí y había bellos jóvenes, había un shopping hermoso con un campo de golf muy divertido.
En el restaurante vip por la noche comimos langosta, cordero y caviar hasta hartarnos y luego hubo una fiesta tan linda que bailamos y nos divertimos mucho… Pero ahora todo lo que hay es éste lugar desértico es un calor abrasador, un lugar lleno de porquerías y están todos mis amigos que parecen unos miserables juntando basura para poder comer…
Entonces el Diablo la miró maliciosamente y sonriendo le dijo:
Ah, es que ayer estábamos en campaña, pero hoy…ya votaste por nosotros
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