domingo, 22 de mayo de 2011

Ignorantes

Esto -que hasta puede resultar algo divertido, al tiempo que es un sano ejercicio mental- puede tener sus sorpresas, que incluso podrían resultar desagradables. Sobre todo, para los autoconvencidos frente a una supuesta superioridad mental. Esta variable caracteriza a aquellos que se destacan en el desafinado desconcierto del desatino político argentino.
Quizás se desilusionen, lo cual considero que sería algo poco probable aunque sumamente beneficioso para nuestro país. Sin lugar a dudas, es difícil, pero siempre existe la posibilidad de que se "bajen" de sus desopilantes candidaturas. Me refiero a algunos que figuran hoy como alternativas votables en la medianía del Cambalache General. Simplemente, al conocer que el único anagrama que puede crearse utilizando la totalidad de vocales y consonantes de la palabra ARGENTINOS -mal que nos pese- es IGNORANTES.
En definitiva -y para que no se me endose tanto rencor, en virtud del seguro escozor que seguramente producirá este análisis-, me permito compartir algo de talco antipicazones, echando ahora mano del siguiente comentario de Albert Einstein:
"Todos somos ignorantes, solo que no todos ignoramos las mismas cosas".
El hecho doloroso es que, ignorando que no es un pecado ignorar cosas, todo argentino -aún cuando se haya tropezado al recorrer en una excursión guiada en los pasillos de la Sorbona, y su humanidad irrumpiera en el escenario donde alguien se encuentre dando una conferencia sobre el "Pitecantropus Erectus" y su Relación con la Literatura Celta-, lejos de amilanarse, se pondrá de pie. Sacudiría el traje con unas palmaditas para eliminar el polvo, daría un empujoncito al disertante, arreglaría los micrófonos -tal como nos tienen acostumbrados- y, cual Fray Luis de León, al volver a su cátedra después de veinte años de prisión diría (con total desenfado y seguridad) "Como dijimos ayer...". Para continuar exponiendo las razones de su sinrazón.
Así las cosas, ¿qué nos queda a aquellos quienes, sabiéndonos ignorantes de infinidad de cosas, de tanto querer aprender lo máximo que podamos, nos encontramos con que los anagrámicos argentinos, ni siquiera han leído las enseñanzas de sus grandes pensadores, para actuar en consecuencia?
Si acaso esto es grave -tomando a la generalidad de nuestros compatriotas-, es mucho más grave aún el estado que nos caracteriza hoy a los Peronistas. Nosotros, sin oír a genios tan antagónicos, pero genios al fin, tales como San Martín, Juan Bautista Alberdi, Juan Perón o Jorge Luis Borges, hemos visto cómo se los ha reemplazado (con el fin de idiotizar a nuestra juventud) por Ernesto "Che" Guevara, Hugo Chávez Frías o el casi olvidado -por intrascente- Héctor Cámpora. Al parecer, estos individuos se han transformado hoy en íconos fundamentales para la historia, al tiempo que son considerados paradigmáticos "pensadores".

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