Esto es una explosión en la relación con las Madres. La primera entidad de derechos humanos a la que el Gobierno ayudó está investigada por corrupción de fondos públicos para viviendas de gente pobre, imagínese” se lamentaba una muy alta fuente del oficialismo frente al escándalo de consecuencias impredecibles, que se desató tras la “renuncia” de Sergio el protegido de Hebe de Bonafini.
El administrador y protegido de la misógina Madre en la Fundación Madres de Plaza de Mayo, se tuvo que ir a causa de destaparse los chanchullos y actos de corruptela más escandalosos de los últimos años producidos en el manejo de los fondos que el Gobierno destinaba a sostener los diversos “emprendimientos” -Universidad, radio, biblioteca popular, editorial, centro de estudios CEMOP, librería y más de 5.609 viviendas, 4 hospitales, 15 centros de salud- por cifras escalofriantes y nunca bien rendidas.
“No vamos a hablar de puteríos”, expresaba la susodicha protectora en un rictus de indignación, no porque fuera traicionada sino porque fuera descubierta, y justamente denunciada públicamente por la Coalición Cívica, Clarín y (según dicen las malas lenguas) un “puntero” moyanista de Lugano; “no tenemos nada para decir” expresaba el lenguaraz Jefe de Gabinete de Ministros ocultando que era el propio gobierno -Ministerio de Planificación y otras dependencias- quienes aportaban los fondos contra la presentación de presuntos certificados de “dudosa legalidad” y dirigidos a empresas no del todo claramente registradas.
“Serían empresas subcontratistas virtuales. Hay un escándalo en el manejo que hicieron las Madres. La Presidente lo sabe. Y sabe que Moyano quiere sacudir al Gobierno. Ahora, Cristina está muy enojada con Hebe y con el apoderado de Madres, Schoklender. Lo investigarán” expresaba acongojado una fuente muy cercana al entorno oficial. Las cifras manejadas a piacere por el sector predilecto del kirchnerismo desde hace más de siete años rondan cifras escalofriantes y totalmente desajustadas con los costos reales entregados a otros sectores -municipios o provincias- por emprendimientos similares.
“Misión sueños compartidos” es la denominación bajo la cual se escondían estos verdaderos “subsidios” a la corrupción más desenfrenada, donde sólo en Buenos Aires las cifras superan holgadamente los U$S 60 millones, no contándose con cifras reales en muchos de éstos“emprendimientos” -universidad, radio, editorial, etc.- por lo que es muy posible que durante estos ocho años de gobierno K las cifras se multipliquen por decenas o centenas, y todas ellas sin control ninguno por parte de los organismos estatales que debieran haberlo hecho.
El candidato “oficialista” a Jefe de Gobierno -el actual Senador Daniel Filmus- no salía del asombro, o eso expresaba semi compungido luego de haber avalado muchos de estos chanchullos cuando la administración macrista de la ciudad intentaba ponerle freno a los desmanejos surgidos de los barrios que se cobraban sin avanzar las obras; “…no caigo de mi asombro”afirmaba ante los hechos consumados y destapados por los medios de prensa. Aquí puede hablarse sin posibilidad de equivocación alguna de “connivencia” o, como mínimo, de encubrimiento de muchos actores del oficialismo y del propio Poder Ejecutivo nacional y de varios provinciales -Río Negro, Santiago del Estero, Santa Fe, Chaco, Misiones y la propia provincia de Buenos Aires-.
Un muy conocido puntero de Villa Soldati, despechado por no ser tenido en cuenta en el “reparto” de las viviendas de las Madres, informó al entorno moyanista sobre las irregularidades, enriquecimiento y concurrencia a conocidos casinos del protegido de Hebe, además de la compra de una “mansión”en el conurbano bonaerense y autos de lujo importados donde se movía y llevaba a la misma Bonafini, tanto como el alquiler de aviones privados para él, su familia y quien sabe cuántos más. Cuando estas infidencias llegaron a los oídos de Parrilli se desató un verdadero vendaval de nerviosismo y furia oficialista, no porque no lo conocieran sino porque habían sido descubiertos.
Este multimillonario “desfalco” que involucra al Gobierno de CFK, las Madres de Plaza de Mayo y varios gobernadores, no todos del peronismo K ya que existen radicales involucrados y hasta el “impoluto” Hermes Binner puede llegar a tener más trascendencia que el caso Jaime, el Skanska, y la misma valija de Antonini o los aportes ilegales recibidos de parte de los involucrados en el escándalo del triple crimen y la misma “mafia” de los medicamentos adulterados.
El entramado de corrupción y malversación de caudales públicos involucrados, junto a “aportes” indiscriminados y poco claros, convierten a la “organización de derechos humanos” de Hebe de Bonafini en una de las más corruptas y “prósperas” del kirchnerato. La Misión Sueños Compartidos -hermosa definición para expresar este verdadero saqueo popular- era el principal canal de este verdadero escándalo, lo que no deja afuera a los otros “emprendimientos” por donde esta verdadera asociación ilícita ocultaba y blanqueaba los fondos ilegalmente -o por lo menos ilegítimamente- obtenidos.
Sergio era el brazo ejecutor, y el negociador de tamaña desmesura, todo al calor de la “diáfana” Madre de Plaza de Mayo, y por supuesto con “mano dura” pues se sabían intocables desde su posición de “socios” y“amigos” del “modelo de enriquecimiento kirchnerista”. Pero Sueños Compartidos puede vanagloriarse de ser la única constructora que recibía aportes del gobierno K tanto como del gobierno machista -a través de la Corporación Buenos Aires Sur- de donde obtuvo cerca de U$S 8,5 millones, aunque ésta intente esconder su participación echándole la culpa a su antecesor en el cargo.
Los atrasos y las irregularidades observadas y nunca denunciadas durante las inspecciones del IVC -Instituto de Vivienda de la Ciudad- fueron pagados por la actual administración, quizás para no terminar e malquistarse con el gobierno nacional. “Es un verdadero ejemplo en su tipo”solían repetir las autoridades nacionales, mientras sus funcionarios realizaban ingentes esfuerzos para tratar de ordenar el desmanejo de las cuentas de las Madres, a quienes les avalaban viviendas a construirse al doble del valor que se pagaba a las demás empresas de la CAC -Cámara Argentina de la Construcción-; sólo las del complejo chaqueño “Néstor Carlos Kirchner” costaron $183 mil por unidad, cuando en el mejor de los casos en situaciones similares nunca se abonaron más de $90 mil la unidad.
Un verdadero escándalo de corrupción desenfrenada acaba de sumarse a la larga lista de los hechos llevados adelante por el gobierno nacido el 25 de mayo de 2003.
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