Las próximas 72 horas estarán signadas por la disputa por la integración de las listas de candidatos, que en casos de crisis pueden derivar en la presentación de listas separadas. En la provincia de Buenos Aires, hasta ahora, el Frente para la Victoria tiene un solo caso crítico, la Octava Sección Electoral, donde el intendente Pablo Bruera busca su reelección y choca con Guido Carlotto, hijo de la presidente de las Abuelas. En la Plata, podría haber entonces dos listas para la primaria del 14 de agosto. En las otras siete secciones electorales, el oficialismo consiguió disciplinar a la dirigencia local y habrá listas únicas en un nuevo contrasentido oficialista. En efecto, el kirchnerismo impuso en la provincia la ley 14.086 de internas abiertas, pero luego tomó todas las medidas para que sólo haya listas únicas. El caso es que el kirchnerismo bonaerense no estaría sufriendo ninguna fractura importante y la pelea se dará sobre todo por las candidaturas a senadores y diputados nacionales, ya que para legisladores provinciales está casi todo acordado. El punto crítico va a ser la inclusión o el rechazo de la familia Moyano en la lista de diputados nacionales, porque el camionero ya les habría expresado a sus íntimos que, en su actual posición como Secretario General de la CGT y presidente del PJ bonaerense, no puede admitir así como si nada que lo dejen afuera.
Colocando parches
Mucho más complejas todavía son las decisiones que deberá tomar CFK con las listas de diputados nacionales en Córdoba, Capital y Santa Fe. Por distintos motivos, el kirchnerismo quedaría mal parado en las elecciones locales de estos tres distritos. En Santa Fe, Agustín Rossi corre el riesgo de quedar tercero detrás de Miguel del Sel el 24 de julio; en Capital, soplan vientos de derrota para Daniel Filmus el 10 de julio, y en Córdoba, una victoria de José Manuel De La Sota el 7 de agosto sería leída como un triunfo del PJ no kirchnerista. Para intentar remediar esto, la Presidente se dispone a usar las listas de diputados como un parche. La postulación del intendente de Rafaela, Omar Perotti, como primer diputado nacional, apuntaría a levantar la puntería del kirchnerismo santafesino para la elección nacional. En Capital, la cosa no es menos grave. Si, como todo indica, Daniel Filmus y Carlos Tomada caen ante Mauricio Macri en el ballotage, el kirchnerismo necesita encabezar la lista de diputados nacionales con una figura muy instalada. Amado Boudou sería una de las pocas cartas disponibles, aunque trabaje sólo de candidato testimonial y renuncie a su banca una vez electo, como Daniel Scioli y otros hicieron en el 2009. Y en Córdoba, la necesidad es hereje y CFK terminaría aceptando que el primer diputado nacional sea un kirchnerista que tenga el visto bueno de De La Sota.
El laboratorio electoral del Gobierno ya trabaja para asimilar las derrotas que se vienen en Santa Fe y Capital y la difícil situación de Córdoba. La salida -de manual- será justificar los reveses a partir de la existencia de situaciones locales, para de inmediato asegurar que la tendencia será muy distinta en la elección presidencial. Con todo cuidado, Cristina no haría actos de campaña en Santa Fe y Capital hasta después de que se realicen allí las elecciones locales. Las mejores encuestas de Filmus con respecto a Boudou salvaron a la Presidente de pagar los costos por la derrota en Capital. Esta suerte ya no la tendría de ahora en más. Por convicción y/o conveniencia, ella decidió reafirmar su poder y parece dispuesta a ponerle su sello a las listas que se presentarán el sábado próximo.
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