viernes, 24 de junio de 2011

Entre aprontes y partidas

¡Pa' lo que te va a durar, tanta alegría y placer! lo que vas a cosechar cuando entrés a recoger cuando te des cuenta exacta de que te has gastáo la vida, en aprontes y partidas, muchacho, te quiero ver (Celedonio Flores

No han sido pocos quienes, después del anuncio de Doña Cristina de su inscripción para participar en las elecciones generales del 23 de octubre, me llamaron para consolarme, para gastarme o para cobrar las apuestas que, según decían, me habían ganado, dado mi cerril convencimiento -que mantengo- de que no se presentará en esa fecha.

Sin embargo, cortaron la comunicación llevándose sólo una comparación útil: quienes, alguna vez, asistimos a las carreras de caballos, sabemos por experiencia que una cosa es anotar un pingo para correrla y otra, muy distinta, es hacerlo entrar en las gateras para estar, efectivamente, en la partida.

Tal como dije en mi nota anterior (http://tinyurl.com/62ryhqz ), nuestra eximia y elegante Presidente no tenía otra posibilidad que hacer ese anuncio, toda vez que, de lo contrario, a partir del domingo 26 no podría conseguir, siquiera, que le sirvieran un café.

Antes de tomar la decisión final, la viuda de Kirchner deberá contemplar, estremecida, los cachetazos que recibirán Filmus, en la Ciudad, y Rossi, en Santa Fe. En Córdoba, al menos, no tendrá siquiera candidato propio, pero su agrupación -el FpV o el FpD (Frente para la Derrota), según se mire- saldrá cuarta, y las elecciones internas, obligatorias y simultáneas del 14 de agosto pueden convertirse en el certificado de defunción del kirchnerismo (¿recuerda lo que pasó con don Carlos "Patillas" en 2003?).

Con esos números, confirmados por todos los encuestadores, en las próximas elecciones locales y la sangría de barones del Conurbano que acaba de encabezar Cariglino, ¿me quiere decir dónde obtendrá el 45% que el "ya ganó" está prometiendo?

De todas maneras, las "rarezas locales", que dieron título a la nota precedente, continúan, toda vez que, a cuarenta y ocho horas del cierre del plazo para inscribir las fórmulas, doña Cristina no se ha dignado informarnos quién será llamado a secundarla ni quién será el que acompañe a don Daniel en la Provincia. Es toda una falta de urbanidad, especialmente con el pobre felpudo que gobierna el primer distrito del país, a quien quieren imponerle un candidato a vicegobernador que le serrucharía, a partir del mismo 11 de diciembre, el piso.

Hasta hoy, los jueces alquilados siguen respondiendo a las necesidades de sus locadores y, con ello, consiguen abreviar el lapso que media entre la tapa de un diario y una página interior, protegiendo así a la señora Presidente.

Que los Shocklender y Bonafini (también Julio de Vido y sus sobreprecios, don Ricardo Jaime y sus subsidios, don Hugo Moyano y sus medicamentos, y don Capaccioli y sus fondos de campaña) continúen gozando de su libertad, lo mismo que los funcionarios que debían controlar qué hacían con el dinero nuestro que les regalaban (y que aquellos, seguramente, devolvían, por lo menos en parte, a la caja feliz del kirchnerismo) es una verdadera ofensa a la razón y al principio constitucional de igualdad ante la ley. Pero permite que los parricidas y la "madre de todos" -y los ministros y cómplices- guarden silencio sobre todos los secretos que, con certeza, comprometen a toda la cúpula del Gobierno.

Por otro lado, la juez Arroyo ha postergado -para mucho más allá de octubre- el momento en que doña Cristina y su entenada, doña Estela Carlotto, deban recibir el golpe que les propinará el resultado del análisis del ADN de los Noble-Herrera. Para comprobar la intención de esta decisión judicial baste con decir que, en la medida en que los jóvenes se han prestado espontáneamente a que su sangre sea comparada con la de todos los desaparecidos, el recurso que la juez invocó para adoptarla se transformó en abstracto.

La propia doña Estela dijo hoy: "El día que nos enteramos de manera sorpresiva de que los abogados de estos jóvenes se habían presentado ante la justicia para que se hicieran los exámenes en el Banco, que se comparen con todas las familias y se realice de manera inmediata, quedamos todas heladas. Nos provocó estupor, pero también satisfacción porque es lo que queremos".

Para que lo entiendan quienes, gracias a Dios, tienen la suerte de no ser abogados: doña Arroyo ha suspendido, llamativamente, la comparación porque una cámara superior a ella había limitado la medida a quienes habían desaparecido antes de mayo de 1976 (fecha comprobada del nacimiento de los Noble-Herrera), y esa limitación estaba apelada por la Secretaría de Derechos Humanos (de don Eduardo Luis Duhalde) y por las Abuelas de Estela Barnes de Carlotto.

Sin embargo, en la medida en que los jóvenes han aceptado no tenerla en cuenta y aceptar que se los compare con todos los que dejaron su sangre en el banco de datos genéticos, aún la de los familiares de desaparecidos con posterioridad a esa fecha, ya no hay nada que discutir.

Sólo la oportunidad electoral para que se confirme, ya sin duda alguna, que todas estas acusaciones a la viuda dueña de Clarín fue una falsa imputación de un delito (técnicamente, la comisión de una calumnia) por parte de la Presidente, desde el atril colocado en la ex ESMA, y una flagrante manipulación de los derechos humanos con fines políticos. Agravada, por cierto, por el desprecio de los derechos personalísimos de los Noble-Herrera y por las persecuciones agraviantes que éstos sufrieron de parte de una juez alquilada que, alguna vez, deberá rendir cuenta de sus actos.

De todas maneras, los opositores debieran aprender de sus errores de una buena vez, ya que pagarán con sangre la sanción de las leyes de reforma política y de medios de comunicación. Lo harán a partir de la semana próxima, cuando deban depender de una justicia -con minúscula- para protegerse de los abusos del oficialismo en materia de propaganda electoral. Beatriz Sarlo hizo, esta mañana, una espléndida descripción de esa situación en su nota del diario La Nación (http://tinyurl.com/5tb8f8l), que recomiendo efusivamente.

En fin, y más allá de qué pase con River el domingo, tenemos todavía por delante unos días sumamente complicados para el oficialismo, que hoy confía en la Copa América para revertir su imagen. No le será fácil, pues los hechos recientes, y los que aparecerán a medida que nos acerquemos a agosto, le seguirán complicando la vida, como un castigo autoimpuesto.

Como decían los programas de radio -Tarzán, El Llanero Solitario- cuando yo era chico, "continuará ". Por el Dr. Enrique Guillermo Avogadro -Abogado-, para El Ojo Digital Política   

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