La presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, ha mantenido la incertidumbre hasta el final, pero esta semana se agotará el tiempo para la duda. Antes del 25, fecha tope para la inscripción de candidaturas para las elecciones de octubre próximo, CFK (como se la conoce popularmente) deberá anunciar si opta a la reelección. Los sondeos la colocan por delante de sus adversarios, con la posibilidad, incluso, de ganar en la primera vuelta. Aun así, nadie en su entorno parece estar seguro de cuál será su decisión, porque ella misma se ha encargado de alentar todo tipo de rumores; por un lado, ha desarrollado una intensa actividad pública, casi de precampaña, que parecía anunciar su candidatura y, por otro, ha inducido a la duda con frases como “no me muero por ser presidenta” o “ya he dado todo lo que tenía que dar”. Nada es transparente en el entorno de la presidencia, pero muchos aseguran que este fin de semana, reunida con un pequeño grupo de asesores, Cristina Fernández dará el último toque a su estrategia: elegir un candidato a vicepresidente que le acompañe en las elecciones o dejar paso a una nueva oferta electoral, en la que su heredero sería el gobernador de Buenos Aires, Daniel Scioli, acompañado, quizás, por la hermana mayor del fallecido Néstor Kirchner, Alicia Kirchner, ministra de Desarrollo Social.
Las Madres de Mayo no son intocables
A FONDO
Capital: Buenos Aires. Gobierno: República. Población: 40.482 millones (est. 2008)
Gobierne quien gobierne a partir de octubre próximo, la mayoría de los analistas coincide en un punto: deberá introducir reformas en la política económica para hacer frente a la alta inflación (30%, cuando en los países vecinos, Chile y Brasil, no supera un dígito), recuperar el crédito de algunas instituciones como el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos, que están perjudicando el acercamiento a algunos organismos internacionales, y controlar las subvenciones al consumo. Se trata de conseguir atraer la inversión extranjera, que este año se espera que alcance un récord histórico en la región, pero que llega con cuentagotas a Argentina. Según datos difundidos por la CEPAL (Comisión Económica de Naciones Unidas para América Latina), la inversión extranjera directa en el área creció un 40% respecto a 2009, pero Argentina se quedó rezagada detrás de Brasil, México, Chile, Perú y Colombia. Brasil y México, recibieron, respectivamente, 48.000 y 17.000 millones de dólares, frente a los 6.193 de Argentina.
Esa sería la única buena razón por la que Cristina Fernández podría decidir no optar a la reelección, pese a los sondeos a su favor: no tener que gestionar su propia herencia en el campo económico. Eso, junto con el fallecimiento de su esposo y expresidente, Néstor Kirchner, un hombre experimentado que se implicaba en los asuntos económicos y en relaciones partidarias, le está obligando a gobernar casi en completa soledad. Pero la presidenta deberá tener también en cuenta las presiones del equipo que se ha formado durante estos años ocho años en torno al kirchnerismo y que no puede confiar su futuro político a un presidente como Scioli, un peronista clásico, más a la derecha, por mucho que Scioli esté enviando señales conciliadoras a la Cámpora (movimiento juvenil próximo a los Kirchner) o que diga que Facundo Moyano, hijo del dirigente de la CGT Hugo Moyano, es “un cargazo” que debería ocupar un escaño en el próximo Parlamento.
La soledad de Cristina Fernández debe haberse acentuado en los últimos días como consecuencia del escándalo por corrupción que afecta a la Asociación de Madres de Plaza de Mayo, que preside Hebe de Bonafini. Los Kirchner atribuyeron un formidable papel a la asociación y financiaron sus actividades sociales, y recibieron a cambio un apoyo sin fisuras y un poderoso reconocimiento como impulsores de los derechos humanos.
Es difícil calcular el impacto electoral que pueda tener el hecho de que la asociación haya sido acusada de lavado de dinero y de que su principal apoderado, Sergio Schoklender, protegido de Hebe de Bonafini, haya desviado, sin el menor control oficial, dinero de esas obras sociales. De lo que no cabe duda es del impacto emocional que el escándalo ha tenido en muchos argentinos. El primer perjudicado puede ser el candidato kirchnerista a la alcaldía de Buenos Aires, Daniel Filmus, que competirá contra el actual alcalde, Mauricio Macri, el 10 de julio, y que ya ha mostrado su desolación.
Diario el País de España
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